sábado, 26 de marzo de 2016

Yihadistas y etarras ajustan cuentas en el nombre del padre (2)

MLFA
José Antonio Pardines, Guardia Civil, asesinado por Txabi Etxebarrieta, (Foto Oscar Gutiérrez, El País)

Conocí a Txabi Etxebarrieta (entonces Javi Echevarrieta) en un mitin organizado por el Sindicato Democrático de Estudiantes Universitarios (organización ilegal) en el patio aparcamiento de la Universidad de Deusto, institución privada, donde se cursaban estudios de Derecho, Ciencias Económicas e Información y Turismo, Ingeniería y Sociales, entre otras; regida por los jesuitas que, como siempre, actuaban al dictado del poder y eran complacientes con el mismo, corría el año 1966, y la Orden de San Ignacio no había dado ni un pasito hacia la apertura; se mantenían agazapados a la espera, con alumnos brillantes de carrera fulgurante: López Bravo, Joaquín Leguina, Mario Conde y algunos más.

Durante el mitin, que los curas consideraron motín, procedieron a expulsarnos a varios de los asistentes (más preciso: que no volviéramos a matricularnos). Servidor cursaba 1º curso de Derecho; Etxebarrieta 4º curso de Económicas en Sarriko, única Facultad pública, junto con la de Náutica y Peritos (Ingenieros Técnicos Industriales, más adelante). Para estudiar Medicina, Arquitectura, Farmacia, Caminos y alguna más había que desplazarse a Zaragoza, Valladolid, Santiago, Madrid y Pamplona (ésta era del Opus Dei). Es decir, las carreras eran para quienes podían pagarse desplazamientos y estancias fuera de su hogar familiar. También existían becas, para buenos estudiantes sin posibles.

Universidad jesuítica de Deusto en la ría de Bilbao, (Foto de 'Gananzia.com')

Vuelvo al mitin; Etxebarrieta no pronunció las siglas de la banda (a la que ya pertenecía), ni tan siquiera habló de problema o conflicto vasco; solamente disertó a fondo sobre el conflicto estudiantil universitario; en plan ‘pijo’ que diríamos hoy en día, tal era la impresión que causaban él mismo y quienes le acompañaban, no sabían ni una sola palabra en euskera (entonces vascuence), pero estaba claro que buscaban lo que hoy llamamos la ‘transversalidad’, es decir el control de la oposición universitaria al franquismo, metiendo de gañote, en el zurrón de campaña, el nacionalismo, luego ‘separatismo’ y, lo peor, la apuesta decidida por la ‘lucha armada’, o sea el terrorismo.

Facultad de Ciencias Económicas de Sarriko (Bilbao), (Foto de 'edificios de Bilbao)

Pertenecían a la clase media alta, los obreros formaban parte del paisaje suburbano, y éstos jóvenes nunca sufrieron represión, (los obreros sí), nos referimos con anterioridad a los años ’60’; entonces: ¿Cuál era su banderín de enganche? La represión (se respondían ellos mismos) que habían sufrido sus mayores; real y cruel como sabe y conoce cualquier vasco.

Entroncaremos esta circunstancia con los jóvenes yihadistas europeos

Recordemos que si los jesuitas del padre Arzallus (era cura entonces y profesor de Derecho Constitucional) nos expulsaron del campus de Deusto; los colegas del fallecido Txabi Etxebarrieta, nos expulsaron de Euskadi; directamente a 250.000 vascos e indirectamente a otros 100.000, ese sería el balance de la Diáspora Vasca, no la de la emigración, sino la de salir corriendo de madrugada a tierras andaluzas, donde los vascos han sido muy bien tratados durante estos últimos 40 años.

No justificamos el terrorismo vasco, más faltaría, se trata de aclarar dudas

Aclarar dudas significa tratar de encontrar las causas reales de la génesis de ETA, para mejor terminar de combatirla; una vez puestos de acuerdo en las causas; nuestro siguiente paso debería pasar por la concentración de presos en cárceles del País Vasco, el tan nombrado ‘acercamiento’ que se cumple con cuenta gotas; y a partir de ahí actuar con generosidad y así poder restañar heridas, pero de una forma definitiva. Cerramos edición hasta mañana, Domingo de Resurrección y Día de la Patria Vasca.

Domingo de Gloria: 'Aberri Eguna', Día de la Patria Vasca