martes, 15 de marzo de 2016

Miedo a la libertad, pánico a que los de Podemos gobiernen

MLFA
Fotografía de 'vozpópuli'

A pesar de la humillación a que los españoles nos vemos sometidos, casi a diario, por culpa de la corrupción incrustada en los dos grandes (ya no tanto, lo de grandes) partidos; se tiene miedo al cambio real, ello debido a dos factores políticos de mucha trascendencia para la vida y desarrollo de una sociedad primaria, como la española.

Mientras Europa utilizó la democracia como herramienta para superar las dos grandes guerras (no computamos como europeos a los países del Este, sin que ello signifique desprecio); nosotros, los españoles, entramos en la oscuridad que suponía la causa franquista, que venía decidida a quedarse; lo consiguió, en un primer estadio, gracias a la ayuda incondicional de la Iglesia Católica, que se ocupó de mantener en la más absoluta ignorancia a todo el mundo rural, sin permitir el mínimo atisbo de justicia social.

¡Tarancón al paredón! Gritaban los papás y las mamás de los peperos

Cuando una parte importante de la iglesia católica, gracias al Concilio Vaticano II, cambia de rumbo y hace de la justicia social su banderín de enganche, convencida de su irresponsabilidad por haber abrazado la filosofía de vida (y de tortura y muerte) franquista; entonces, años ‘60’, el régimen, huérfano de las sotanas urbanitas, sobre todo (mayormente) críticas en Madrid, Euskadi y Catalunya, apretó las clavijas a los ciudadanos, moliéndolos a golpes de porra y culata de la famosa ‘Gristapo’, cuerpo policial especial, unos elementos embrutecidos, que, años después, ha costado mucho esfuerzo ‘integrar’ en diferentes cuerpos de policía municipal, a lo largo y ancho del país. 

A la ignorancia se le sumaba el miedo (en muchos casos hablaríamos de pánico) y el pueblo asistía al final de la dictadura. Creíamos que dejábamos el pelaje de la dehesa, ¡craso error! llegaba a nuestros predios un movimiento populista (hace risas el Felipe hablando de populismos, precisamente él) que se denominó “Felipismo”, el cual, bajo una pátina de democracia a la española, o sea sin cultura y mucho menos civismo, recordemos los gestos intimidantes de los Guerra, Chávez, Bono, que nos recordaban a los gobernadores civiles del régimen anterior; mantuvo en la ignorancia a los de la España profunda.

Decidieron que ‘nos toca a nosotros’ y metieron mano, ¿al país? ¡No! a la caja

Volvemos al titular; el miedo a la libertad es el terror a que los de Podemos gobiernen en España, cuando, lo sabe mucha gente, sería la solución, ya que supondría una ‘katarsys’ de la que tan necesitados estamos, y el inicio de una nueva política que, más tarde se iría puliendo, al aceptar usos y costumbres europeos, en cuanto a civismo y respeto por las normas y usos democráticos se refiere. Y vayan mentalizándose (los cincuentones) de que España será una confederación de naciones, en la que, de no ponernos manos a la obra, seremos la nación castellana y limítrofes, los pobres de la fiesta; porque si hay algo seguro es que esa 'confederación' llevará a España al pódium  más alto europeo antes de 2025, año especial según pronostican los cerebros de Montserrat, ahí donde se 'cuece' la cultura 'confederal'.

La lógica económica se impone a la política, no hay libertad sin desarrollo

Siempre proponemos alternativas, sin las cuales las críticas son vacuas; empecemos por ocuparnos del Sudoeste español, Extremadura, interior de Andalucía y Castilla La Mancha; si damos por perdida la industrialización, culpables Franco, AP, PP y PSOE, afectemos a este área (12 millones de habitantes) las tareas de I+D+I (Investigación, Desarrollo e Innovación), que España tiene que poner en marcha, le guste o no.

Aviónica, nuevas tecnologías referidas a Comunicaciones, robótica y tecnoagro