martes, 1 de marzo de 2016

El fuego puede ser amigo, debemos conocerlo a fondo (01)

MLFA
Autor del Curso
Deflagración, explosión en una gasolinera, cinco fallecidos

Curso monográfico dedicado al alcalde-bombero y al concejal de Seguridad

“La combustión”

La combustión (el fuego, para entendernos) es una reacción química de oxidación con desprendimiento de calor. Así de sencillo y así de complicado a la vez. Esta reacción química está provocada por una energía de activación, digamos llama, excesivo calor, o una simple chispa y se trata de una reacción exotérmica (calor hacia fuera), es decir que se produce desprendimiento de calor.

Es necesaria la presencia de combustible y comburente; el combustible es cualquier sustancia capaz de arder, y el comburente (vaya nombrecito) es el oxígeno; sin este último no puede haber combustión.

Las reacciones de combustión no se producen a la misma velocidad; existen tres clases de combustiones en función de la velocidad de la reacción. Veamos las tres en esquema.

01 - Combustiones lentas: son las que se producen sin emisión de luz y con poco calor, en ellas se desprende poco calor, pueden resultar peligrosas, si no se atacan.

02 - Combustiones rápidas: son las que se producen con una fuerte emisión de luz y de calor, acompañado de llamas.

03 - Combustiones muy rápidas o instantáneas: se corresponden con las ‘explosiones’, y dentro de éstas, las ‘deflagraciones’ y las ‘detonaciones’, dependiendo de la velocidad de propagación.

Deflagración: cuando la velocidad de propagación del frente de llamas es muy rápida pero menor que la velocidad del sonido; a la explosión le llamamos deflagración. Por ejemplo, la combustión de vapores de hidrocarburos disueltos en el aire, como en el incendio de un depósito de gasolina.

Detonación: cuando la velocidad de propagación del frente de llamas es mayor que la velocidad del sonido, a la explosión le llamamos detonación. Por ejemplo, la explosión de un coche-bomba.

La velocidad del sonido en el aire es de 350 metros por segundo

04 – Combustiones espontáneas: se consideran combustiones rápidas. Se producen al reaccionar químicamente algunas sustancias orgánicas, (trigo, maíz, soja, etc.).

Decíamos al principio de la combustión que ésta se produce con desprendimiento de calor, añadiremos que además de calor se desprenden: humo, llama y gases.

HUMO: Al ser la combustión incompleta se hacen visibles partículas muy pequeñas que varían en color, tamaño y cantidad, que forman el humo e impide el paso de la luz. El humo es irritante y daña el aparato respiratorio, además de provocar lagrimeo en momentos de mayor necesidad de visión. Conviene controlar su color, ya que nos indica:

Color blanco o gris pálido: el fuego arde libremente y no hay toxicidad. 
Color negro o gris oscuro: fuego caliente y falta de oxígeno. 
Color amarillo, rojo o violeta: existe presencia de gases tóxicos. 

LLAMA: La llama es un gas incandescente. El fuego, en una atmósfera rica en oxígeno, está acompañado de una luminosidad que llamamos “llama” que constituye el factor destructivo de la combustión.

CALOR: Es muy difícil el calor con exactitud; una teoría moderna nos habla del efecto del movimiento rápido de las moléculas que tratan de formar la materia. En cualquier caso a nosotros nos interesan sus efectos a la hora de luchar contra el fuego.