Hoy celebramos el “2 de Mayo”, que afecta a todos los españoles aunque sólo se celebre en la ciudad de Madrid; parece adecuado, ya que el PP, que ha gobernado esa ‘falsa’ comunidad autónoma durante cuatro lustros, ha procurado obtener la calificación de urbe autónoma (algo parecido a México DF ‘distrito federal’ e igual de corrupta que éste) y ‘sacudirse’ el pelo de la dehesa que, como ‘poblachón’ manchego, caracterizaba a la villa del oso y el madroño.
Actualmente, lejos de la exaltación de dignidad madrileña que Goya nos regaló y recordó de forma magistral, Madrid es la gran cloaca de la corrupción política y económica y sus cárceles se encuentran llenas de políticos de la ‘derecha’ de nuestro país. Ello tendrá consecuencias, a buen seguro; el desprestigio es algo que destruye reputaciones y proyectos de vida personales, y también el de ciudades (por muy monumentales que sean); afecta incluso a países enteros.
Madrid se suma – de forma vergonzante – al desprestigio de Barcelona y Valencia
Nos recuerda la Sevilla de hace 500 años que todavía arrastra la vergüenza y humillación a nivel mundial, de forma especial en los países de Latinoamérica. Y es que, gracias al gobierno del PP (también al del PSOE en menor medida), España se dirige al Caribe mientras aquellos países, hasta hace poco considerados ‘repúblicas bananeras’, levantan cabeza de forma lenta pero inexorable y se incorporan al elenco de naciones democráticas (y muchos de sus habitantes – por fin – pueden reírse de los ‘gallegos’, españoles de mierda, según ellos).
Corrupción en los dos ministerios fundamentales, Interior y Justicia, tramas de corrupción de corte mafioso, e intento de reforma de la LECRIM (una más en estos años de gobierno del PP) que entregaría la instrucción de las causas a la Fiscalía del Gobierno y que suprimiría de un plumazo la ‘acusación popular’.
No lo conseguirán el bipartidismo no tiene arreglo ni compostura se cuestiona la Corona
PS – ‘Gürtel’, ‘Púnica’, ‘Lezo’, Fiscalía, Interior, Justicia, ‘Compi-yogui’ (nos conocemos y nos queremos, lo demás es ‘merde’); grandes empresas, consultorías multinacionales; ‘realmente’… ¡lo demás es merde! (incluido el 'compi-yogui').
Quién nos iba a decir, a los jóvenes de los ‘70’, que nos salvarían ‘picoletos’ y ‘maderos’