miércoles, 8 de marzo de 2017

Las “porteadoras” de Ceuta una vergüenza en la Frontera Sur (7/8)

Cristina Fuentes
APDHA
Fotografía muy adecuada en este día; parece que entre policías sí existe igualdad de género. (Foto Montero de 'PPE')

Desde la perspectiva marroquí, la entrada de mercancías de Ceuta a su territorio tiene consecuencias negativas para el dinamismo empresarial marroquí. Este hecho, de manera indudable, daña su economía doméstica al frenar el consumo de productos nacionales. Por lo cual, si parar esta actividad tendría interés económico, ¿por qué no se hace? La Cámara de Comercio Americana de Casablanca señala que del comercio atípico viven directamente 45.000 personas, de las cuales el 75% son mujeres, e indirectamente otras 400.000 personas. A lo que hay que añadirle unos 90 millones de euros anuales a través del soborno a policías según cifra el Seminario Independiente marroquí Al Ayam.
 
Es decir, que dejar sin sustento económico a toda la red que vive de la frontera en el contexto de fuerte desempleo en la diluya de Tetuán tendría unas consecuencias sociales para Marruecos de protestas sociales que, sin duda alguna, dañarían la imagen de estabilidad que proyecta en la comunidad internacional el reino alauita.


Desde el punto de vista ceutí, aunque las grandes retenciones en la frontera del Tarajal en el acceso a la Ciudad Autónoma frenan el turismo económico marroquí y proyectan una mala imagen de la ciudad, es preciso señalar que el comercio informal o ‘atípico’ representa el 70% de la actividad económica de Ceuta (Ferrer-Gallardo, 2008). Tanto es así que en los presupuestos del 2015, el 25,7% de los ingresos de la ciudad proceden del IPSI a las importaciones. Siguiendo en clave económica, según Marín (2010) el 46% de las importaciones de Ceuta se convierten en exportaciones a Marruecos, lo que equivaldría a 405.285.933 € anuales.