miércoles, 27 de julio de 2016

En la planicie Manchega: De aquellos polvos estos sucios lodos

Dropul
Esta habitación cambia de precio cada día según clientes; si son 'moros' les quitan la colcha y la silla. (Foto 'onlyhoteles.com')

Los afortunados que hemos tenido la oportunidad de leer “La Saga de La Encomienda”, agradecemos y entendemos (hablo por mi familia, unos 300 años aquí) el artículo de ayer sobre el tránsito a través de una España viaria sin ley y con sus responsables imputados gravemente. Pero no hemos de olvidar, la Saga resulta ser un recordatorio genial, que los responsables directos (los políticos han ido cambiando) son los hosteleros de la carretera, gentes de procedencia más que dudosa que se ha enriquecido cometiendo toda serie de desmanes (ya lo leerán y se les pondrán los pelos como escarpias) contra los empleados y los clientes o viajeros de tantas nacionalidades, que se han visto obligados a aflojar la billetera, y también a aflojarse de vientre por las lindes y sembrados de Valdepeñas hasta Bailén, algunos hasta Málaga, cagándose patas abajo y limpiándose con hojas de mazorca, sino habían sido lo suficientemente previsores como para ‘llevarse’ unos cuantos metros de papel del rollo del ‘Elefante' del WC del bar, papel que, por cierto, estaba tan ‘tieso’ como el marido de Susana.

No nos preocupa que estén en la ruina, sólo por los empleados… y ¡para lo que cobran!

¡Felices Vacaciones!