MLFA Kapitan und Krieger
Muelle ‘Cable del Inglés’, restaurado recientemente; allí descargábamos el mineral de hierro asturiano
Embarqué en el buque “Peñalara” en junio de 1969, finalizados mis estudios en la Facultad de Náutica de Bilbao; el barco hacía la ruta Gijón-Avilés-Almería, tráfico de cabotaje con mineral de hierro de Asturias para la provincia más deprimida de España en aquel entonces. La miseria más absoluta lo invadía todo; Almería era conocida como la tierra de las “legañas”, enfermedad ocular provocada por el hambre, la miseria y la falta de condiciones higiénicas; el franquismo no la tuvo en cuenta; hoy las tornas han cambiado, como todo el mundo sabe, gracias al desarrollo de la agricultura “bajo plástico”, y al “riego gota a gota” importado de Israel, cuyos técnicos vinieron a Almería a ponerlo en marcha (tras la muerte de Franco, antisemita convencido). También han sido bien recibidos los de VOX. Hablaremos de la situación de los inmigrantes (hoy rechazados) que fueron “atraídos” por los empresarios almerienses (estos sin legañas, con gafas Ray Ban y potentes automóviles BMW) y explotados en régimen de semiesclavitud. Y expondremos las claves que han conducido a esta grave contradicción, que he bautizado como “La tragedia de El Ejido”. La navegación discurría plácida y en el Estrecho de Gibraltar se maniobraba con destreza; con ‘Punta Europa’ (Gibraltar) por el través de babor poníamos proa a Cabo de Gata (Almería).
Durante el verano de aquel año tuve oportunidad de coincidir con las fiestas de verano de la ciudad de Almería, así como con las de Gijón y Avilés; en Gijón reinaba la opulencia, sus cafeterías y establecimientos similares radicados en la conocida calle Corrida eran de alto nivel hostelero y gastronómico, qué decir de las verbenas celebradas en el parque del Piles. En Avilés, ciudad sucia, cubierta de hollín en cualquier época del año, el nivel de vida era alto, gracias a los salarios elevados. Almería, como ya hemos dicho, era (dicho sea con todo el respeto) la tierra de las legañas.
Carmela, bellísima y buena estudiante, elegida Reina del Verano 1969 en el Parque del Piles de Gijón
Una anécdota referida al Parque del Piles; solíamos acudir alguna noche a las verbenas del Piles, las más celebradas de Gijón. Una noche festera de aquellas se celebraba la fiesta de la Reina del Verano 1969; el nombramiento se hizo después de la cena, todos prestamos atención a aquellas ‘beldades’ que aparecieron en el escenario central; permanecí mudo al observar que entre las candidatas estaba Carmela, entonces novia de mi hermano Josetxo, ambos estudiantes de medicina en Zaragoza. Superado el impacto, a la espera de la decisión del jurado, comenté la novedad con mis compañeros ‘oficiales’ (yo era oficial en prácticas); como es obvio, se echaron a reír por lo que consideraron una ‘boutade’ del puto agregado. Impávido, me acerqué al escenario en el preciso momento en que nombraban ‘Reina del Verano 1969’ a Carmela, y los compañeros seguían a lo suyo, que, normalmente, era hablar de los asuntos de a bordo.
La sorpresa de Carmela fue enorme; hasta el punto que abandonó el escenario en medio de los aplausos para atenderme; tras unos minutos y sucesión de besos y abrazos del resto de candidatas y miembros del jurado, volvió al rincón del escenario donde me encontraba y fuimos a la mesa de los oficiales del “Peñalara’, momento en que la sorpresa, diría estupefacción, recayó sobre todos ellos (yo dejé de ser el ‘puto agregado’ y no pagué la cena ni las copas); añadir que varias candidatas y amigas de Carmela se acercaron a la mesa y compartieron unas copas con los ‘uniformados’ (estos, más contentos que unas pascuas, que se decía entonces). En 1993, de viaje con mi madre hacia Galicia, tras el fallecimiento de mi padre, paramos en Oviedo, mi hermana Elisa, médico en esa ciudad, nos comunicó que Carmela, colega de ella y amiga desde Zaragoza, estaba enferma. No he vuelto a saber nada de ella. ¡Magnífica mujer!
“Club Landatxueta” de Lujua (Bilbao); allí se gestaron muchos matrimonios, los más con éxito
Un año antes, en el verano de 1968, mi novia y posteriormente madre de mis hijas, fue nombrada “Neska Polite 1968” (chica bonita en euskera) en la fiesta de verano del Club Landatxueta, sito en Lujua (Bilbao); otro recuerdo imborrable que ha quedado en mi estropeada retina para siempre, pido al Señor que me devuelva la visión; recuperar a la madre de mis hijas resultará más difícil si cabe, un imposible, diría yo.
El PSOE no se preocupó de los almerienses a pesar de conocer su situación
A socialistas (eran unos pocos) y comunistas – durante el tardofranquismo, entre 1963 y 1975 – les preocupaban las grandes capitales, los movimientos obreros ‘urbanitas’ y el mundo universitario, también la cultura en versión festivales reivindicativos (incluso Ana Belén y su marido les parecían progresistas), no les preocupaban las ‘legañas’ y la miseria de cientos de miles de andaluces, sólo sus votos en el corto plazo; no les preocupaba el futuro de sus hijos ¿recuerdan al Guerra, sus hembras, coches y aviones oficiales? tardó poco en subirse al carro de la opulencia y el oropel.
El plástico luminiscente de última generación aumenta un 60% la producción en Almería
Agricultura intensiva bajo plástico, 3 cosechas al año y exportación a Europa, 25.000 camiones
En 1963 se instaló el primer ‘invernadero’ en Almería; fueron extranjeros quienes vieron la oportunidad de innovar apostando por un nuevo concepto de agricultura basada en el cultivo ‘bajo plástico’ que mantendría la temperatura adecuada y el grado de humedad necesario. Se duplicaron y triplicaron (más adelante) las cosechas anuales. Al mismo tiempo se produjo una revolución – como ya hemos dicho – en el mundo del riego; los judíos vinieron a Almería en los años '70' e implantaron el “riego por goteo”, el gota a gota de un agua que escaseaba; hay que recordar que España, pródiga en el uso y consumo de agua, utilizaba el “riego por aspersión” e incluso el “riego por inundación” allí donde el agua sobraba; impracticables en Almería y otros territorios del SW por la ausencia de lluvias y de pantanos adecuados, mucho menos trasvases, en aquel tiempo. Almería recuerda el desierto del Néguev judío; es por ello que la intervención de técnicos de Israel contribuyó al progreso de una provincia deprimida por un secano extremo y gobernantes incompetentes.
