viernes, 23 de junio de 2017

'Oligarquía financiera y poder político en España' - F. Estapé (002)

Manuel Puerto Ducet

Fabià Estapé i Rodríguez, Comisario del Plan de Desarrollo franquista.

A la estabilización, le siguió el desarrollismo con sus aparentes virtudes y los defectos inherentes a todo ‘ismo’, liderado por franquistas-opusianos que se hicieron llamar tecnócratas. Corresponde en este punto hacer una alusión al que fue su gran fontanero Fabià Estapé; según cualificadas opiniones, uno de los dos únicos economistas españoles que ha hecho suficientes méritos para merecer tal nombre, junto a Laurea Figuerola, el padre de la peseta. El doctor Estapé fue tal vez la única persona en España capaz de colarle un gol al Generalísimo y otro a Carrero Blanco.

El inolvidable profesor fue nombrado Comisario del Plan de Desarrollo y se quedó con todo el personal, ya que inspiró su diseño en los planes quinquenales soviéticos, mezclados con fundamentos del capitalismo avanzado de la época, tales como la planificación del trabajo por objetivos y el impulso conjunto del consumo y la producción. 

Creo que el único que se apercibió de los ingredientes del combinado fue Laureano López Rodó, que, aunque era mástel Opus que un cilicio, también era catalán y por tanto posibilista. Esperó a ver si la cosa funcionaba y funcionó; de no haber sido así, siempre podía entregar la cabeza de Fabià. Coincido con el insigne maestro en su crítica a la política económica aznariana, en la que se incubó el plus de castigo que penaliza hoy a España (sin hacer ascos por supuesto a la política de Zapatero). 

Se ensañó con el entonces superministro económico Rodrigo Rato, del que decía que su primera actuación de relieve en el mundo de la economía fue hundir una centenaria empresa familiar de agua mineral. Acabó con su paciencia su gestión al frente del Fondo Monetario Internacional, de donde aseguraba lo habían echado por incapaz. Lo que yo pude constatar fue que Fabià Estapé era sin duda el mejor y si decía que Rato era muy malo, pues sus motivos tendría. A lo mejor estoy mal fijado, pero los planes de austeridad que está aplicando Europa en su intento por superar la crisis se parecen, como una gota de agua a otra, a las recetas que aplicó el doctor Estapé cuando ejercía de Comisario del Plan de Desarrollo. No creo que sea la primera ocasión en la que me vea obligado a constatar que el mundo es un pañuelo.