José Díaz Herrera / Ramón Tijeras
“El dinero del poder” - 1991
“El dinero del poder” - 1991
Aida Álvarez, condenada a penas de prisión y multa por el Tribunal Supremo en 2008. (Foto 'Eco Diario') |
Aida Álvarez se instala en las oficinas de ‘Transcomin 86’, coloca dos grandes fotografías de Felipe González y de Alfonso Guerra, con sentidas dedicatorias, sobre la mesa, a manera de reclamo, y manda instalar cuatro líneas telefónicas. Luego, a través de sus privilegiadas relaciones con las comunidades autónomas y los Ayuntamientos socialistas, recopila información sobre los proyectos y las obras en vías de adjudicación y empieza a traficar con ella.
En las semanas siguientes, el piso de la calle Ríos Rosas se convierte en uno de los despachos de tráfico de influencias más florecientes de Madrid, según el propio Calleja. Por allí desfila una multitud de socios sorprendente – ligados unos al PP y otros al PSOE – dispuestos a poner en marcha cualquier negocio a la sombra del poder político, fuera el que fuese su color.
Desde el célebre Gustavo Durán, el oscuro empresario relacionado con la escandalosa compra de diputados en la Asamblea de Madrid, hasta los enviados de Ángel Sanchís, el ex tesorero del Partido Popular relacionado con el caso Naseiro, se reúnen con la ex responsable Federal de Finanzas del PSOE, Aida Álvarez, en el despacho de Ríos Rosas.
Incluso Juan Guerra, el hermano del vicepresidente del Gobierno investigado después en Sevilla por tráfico de influencias y posible uso de un centro oficial para hacer negocios privados, acude al despacho cada vez que viaja a Madrid y necesita un lugar discreto para celebrar sus entrevistas.
Los del PSOE y los del PP juntos y revueltos
- Entrar allí – comenta en una ocasión Calleja a un amigo suyo – es como el juego de las montañas rusas. Abres una puerta y te encuentras a los del PP, empujas otra y ves a los del PSOE, todos revueltos.
Además de los “financieros” paralelos de todos los partidos políticos, por el piso de Ríos Rosas pasan también altos ejecutivos vinculados a ‘Agromán’ y a ‘Dragados y Construcciones’, que buscan la adjudicación de obras públicas, a cambio de comisiones destinadas supuestamente para el PSOE.
El despacho de Ríos Rosas conoce una actividad inusitada y sus frentes comerciales se multiplican
- También se buscaban negocios para ‘Pridesa’ (Proyectos e Instalaciones de Desalación, S.A.), dedicada a la construcción de plantas potabilizadoras, y a ‘Babcock Wilcox’, dos empresas vinculadas al partido – agrega el empresario cordobés.
Ambas sociedades, Pridesa y Babcock Wilcox, estaban desde 1982 bajo el control de destacados militantes del PSOE como Juan Manuel Crovetto de la Torre y Manuel Fernández García. Posteriormente, un informe de ‘Euskadiko Ezquerra’ del verano de 1990, las relacionaría también con el ministro del Interior, José Luis Corcuera y con los intereses financieros de la UGT y del Partido Socialista.
Bajo dominio socialista y con el apoyo de Aida Álvarez, Pridesa ha hecho suculentos negocios en los últimos años. Se le han concedido las obras de las potabilizadoras de San Fernando de Henares (Madrid), Mieres (Asturias), Casablanca (Zaragoza), Jerez de la Frontera (Cádiz), y Córdoba, entre otras.
- Algunas de estas potabilizadoras se adjudicaron desde el despacho de Ríos Rosas, tras intensas negociaciones entre los responsables de los Ayuntamientos afectados, Aida Álvarez y el broker Gustavo Durán – afirma Calleja.