MLFA
Experto Docente en Lucha Contra Incendios (ISM)
Fotografía de La Vanguardia |
Llama poderosamente la atención que los medios de comunicación españoles hayan ocultado la expresión “alquiler social” en sus informaciones sobre este trágico incendio, cuyas consecuencias se agravaron por el empleo de materiales inadecuados en el revestimiento de la fachada y que actuaron a modo de ‘aceleradores’ del proceso de expansión de las llamas con efecto ‘chimenea’, logrando que la deflagración se pareciera más a una explosión. Esto se conoce con el calificativo de orden penal denominado ‘negligencia punible’, también con el de ‘imprudencia temeraria’. (La famosa 'negligence clause' del Derecho anglosajón).
Con resultado de 120 muertos y docenas de heridos, algunos de gravedad
Alguien irá a la cárcel; eso es seguro al tratarse la británica de una sociedad democrática (si bien es cierto que para los ingleses de raza, no para el resto de ciudadanos); en cualquier caso no nos enteraremos por periódicos españoles, bien prietas las filas de sus ‘alquilados’ editores y directores, que ya han hecho mutis por el foro. (La desbandada de anoche en 'La Sexta' fue de escándalo).
Los españoles no son tontos mucho menos hoy, y por las fotos vieron de qué se trataba
Inmigrantes procedentes de sus antiguas colonias a quienes no pudieron ‘arrancar’ velos y turbantes (para la foto) y mucho menos cambiar el color de su piel. La empresa propietaria pertenece a “fondos buitre” y había reformado el edificio con los materiales más baratos del mercado, al tratarse sus inquilinos de personas de tercera división social, gentes que percibían ‘ayudas’ para el pago de los alquileres. Algún tabloide achaca el incendio del edificio al estilo de vida de sus moradores (algunos, por desgracia, para siempre, ya que van a demoler el rascacielos con muchos restos humanos dentro, lo ha insinuado Susana May). Cuando intervenimos en “La Mina” en 1990-1991 (En la Barcelona pre Olímpica) se nos advirtió de que los gitanos ‘quemaban’ las puertas para calentarse y mantenían ganado en sus viviendas. Resultó que todo era mentira; las puertas reventaban de sus goznes por deficiente calidad y el panorama en cocinas y sanitarios era desolador.
Esa senda la inició Ana Botella de Aznar Carmena intenta revertir la operación y recuperar los 2.000 pisos vendidos
PS – ‘De tal palo tal astilla’, su marido vendía las empresas más emblemáticas del país, que, posteriormente, sirvieron para enriquecer a Rato (masculino de rata). Ya nadie se acuerda del idiota aquél de: ¡Rodrigo! ¡Rodrigo! ¡Rodrigo!