Pablo Elorduy
Gladys Martínez
"Cada barrio, cada pueblo, cada ciudad, debe movilizarse para relocalizar lo que se pueda relocalizar y, a través de esas prácticas, empezar a generar solidaridades".
E/M – También Europa está respondiendo a los flujos de refugiados (económicos, políticos, bélicos) con muros, securitización y políticas excluyentes. ¿Estamos viviendo un resurgimiento del fascismo en Europa?
Sassen – Qué buena pregunta, me la hago a menudo. Por eso importa que cada barrio, cada ciudad, cada pueblo que se movilice para ‘relocalizar’ lo que se pueda relocalizar y, a través de esas prácticas, empezar a generar solidaridades. Hoy, probablemente, cada uno de estos espacios – del barrio a la ciudad – tiene gente que está localizada. Y eso es muy importante.
Hice un texto donde trabajé algo de esto con las tecnologías digitales, tratando de entender cuáles son las aplicaciones que habría que inventar para facilitar la vida de los vecindarios pobres, no muy apoyados por gobiernos locales, y para generar conexiones, solidaridades en el interior de esos vecindarios. A menudo la lucha por sobrevivir es tan dura que no hay mucha solidaridad, hay demasiado sufrimiento y angustia.
E/M – Ha sido muy crítica con la financiarización de la economía, indudablemente la principal responsable de la crisis de las ‘subprimes’, extendida a Europa y a casi todo el planeta a partir de 2008. ¿Le preocupa que, pese a que en la cumbre del ‘G8’ se volviese a hablar de poner bridas a la financiarización, no se hayan tomado medidas reales para hacerlo?
Sassen – Es un desafío derribar el sistema financiero. Tenemos que luchar por volver a la pequeña banca local tradicional y dejar que el gran sistema financiero se autodestruya. No creo que nosotros lo podamos destruir. Pero él mismo regularmente genera su propia crisis con sus excesos.
Es un tema amplio y con muchas especificidades. Va a llevar trabajo cambiar las leyes y, para el poder ejecutivo y judicial, aplicar nuevas leyes y castigar a los que violan la ley. Hoy en día no pasa no pasa nada de eso. Nuestras clases políticas simplemente no hacen los deberes.
Delegan el análisis en los propios sectores: las finanzas, las telecomunicaciones, etc… Es un desastre, un fallo catastrófico del sistema político.