viernes, 18 de agosto de 2017

Noche de continuo duerme vela y de recuerdos agolpados y tristeza

MLFA
Font al Portal de l'Ángel amb la Porta Ferrisa.

Hoy recomiendo recuperar la lectura de “La ciudad de los prodigios” de Eduardo Mendoza y “La catedral del mar” de Ildefonso Falcones; la primera a la voz de ‘ya’, es decir de inmediato; la segunda, la fabulosa recreación de la construcción de la iglesia de Santa María del Mar, la dejaría para el otoño próximo, a fin de combatir la melancolía (agravada por los atentados) de esos días más cortos entre finales de octubre y el ‘pas de pardal’ per Nadal, seguido en cuestión de horas por el ‘pas de llebre’ por San Esteban. Los recuerdos y vivencias personales deberán narrarse en frío; lo haré en otoño, como corresponde. La noche ha sido un continuo ir y venir por Pelayo, Urquinaona, Plaza de Catalunya, Puerta del Ángel, (montserratinas, turrones y bombones de altísima calidad), Porta Ferrisa y la placeta de la iglesia del Pi, lugar de descanso una vez realizadas las compras y poder disfrutar sentados del bullicio diario de la zona, siempre al atardecer.

Ahora, de amanecida, tras los primeros rezos, sólo queda homenajear a los fallecidos, también a los heridos y a sus familiares; hacerlo en nuestros corazones, también en calles y plazas de Cataluña y resto de España. Desde mi atalaya en Andalucía, entre la caliente frontera del Gibraltar del ‘Brexit’ y de las atribuladas ciudades de Ceuta y Melilla, en la frontera con Marruecos, desde Algeciras, ciudad en estado de abandono, suciedad y marginación social, donde ayer (una vez más) eran detenidos unos 70 narcotraficantes (moros y cristianos), y desde Marbella, ciudad políticamente inestable desde hace dos décadas, quizás más; pedir a las autoridades y a sus domeñados medios de comunicación que no lancen campanas al vuelo, como acostumbran, alardeando de una ‘seguridad’ marca España que no es tal, como podemos constatar en estos momentos. 

Inestabilidad e inseguridad constituyen el caldo de cultivo perfecto para actuaciones terroristas, Barcelona es el paradigma; sin olvidar el Sur de España, donde la marginación y la ruina económica y social avivan las llamas de descontento y rabia contenida y algunos jóvenes apuestan por el narcotráfico y la extorsión (muchos); y otros, procedentes del país vecino y hermano, por la matanza e inmolación.

Mosaico Miró en la Rambla de Barcelona. Aquí se detuvo la furgoneta asesina.

La ciudadanía no percibe la ‘alerta de nivel 4’, para nada, y no puede hacerlo porque la merma de agentes de Policía Nacional y Guardia Civil resulta ya escandalosa para un país que se dice europeo. Seguimos acomplejados a la hora de ‘exhibir’ a nuestra policía por las calles y amarrados de pies y manos a la hora de investigar y realizar registros por miedo a una autodenominada ‘progresía’ que continúa de espaldas y reticente hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Sabíamos que España sería atacada; la CIA había advertido acerca de un ‘probable’ atentado en Barcelona, concretamente apuntaban a la Rambla barcelonesa; una agencia, la norteamericana, que tiene a sus hombres trabajando a pleno rendimiento en sus oficinas repartidas por toda Europa, incluida España, también la Comarca del Campo de Gibraltar, donde importan más vírgenes y procesiones a lo largo de todo el año, que la situación geoestratégica de la misma. (Aquí conviven vírgenes con servicios secretos de todo el mundo; y menos mal, opino; me refiero a los propios servicios secretos).