domingo, 20 de agosto de 2017

'La verdad puede eclipsarse pero no extinguirse' Romano Tito Livio

MLFA
"Por lo general, quien huye se precipita a su propio destino". Tito Livio (59aC - 17dC)

Los atentados que hemos sufrido en tierra catalana no benefician a nadie, resulta obvio; es por ello que, a sensu contrario, nos permitimos analizar a los que perjudican, empezando, claro está, por las víctimas y sus familiares y amigos a quienes estamos dedicando nuestro más sentido duelo, a través de las oraciones y, sobre todo, de nuestros continuos pensamientos solidarios y mejores deseos enviados desde el corazón.

Muy lejos de tanto dolor humano, incapaces de mitigarlo, podemos interiorizar a otros perjudicados, bien entendido que su dolor no es comparable al de las víctimas, lo que nos permite utilizar la disección con mejor temple y serenidad. Comenzaré por lo más visible, a pesar de que ha pasado desapercibido en medio del fragor de la tragedia. 

Me refiero a la desconvocatoria de la huelga que llevaban a efecto los trabajadores de la Seguridad del aeropuerto de Palma de Mallorca, y que tuvo lugar pocos minutos (digo bien) después de producirse el atentado; desconvocatoria realizada sin consultar a los trabajadores, algo que rechina sindicalmente, ya que éstos habían sido consultados a lo largo de toda la negociación, en sano ejercicio (a mi entender) de asamblearismo puro y duro. 

Miembros del Comité de Empresa de EULEN, muy 'descolocados', han encontrado la solución. Desconvocatoria.
No parece que tenga mucho que ver una huelga con desgraciados atentados terroristas
A no ser que se tratara de una huelga política; que no creo fuera el caso, al contrario.

Sospecho que sus líderes se encontraban en un callejón sin salida, debido, en gran parte, a la lección recibida de parte de los agentes de la Guardia Civil en cuanto a profesionalidad y efectividad se refiere. El ‘esquirolaje’ (que lo hubo) correspondería a otro debate, con menos tensión emocional que la que nos embarga a todas las partes. Posiblemente estaban deseando ‘terminar con la huelga’ y no sabían cómo. Vaya por delante, o al final, tanto da, mi respeto y admiración por la huelga llevada a cabo, que traerá consecuencias positivas para otros sectores.

Los atentados perjudican al impulso desatado a lo largo de estas semanas en aras a una exigente reivindicación contra la precarización salarial prevista para otoño, con anuncios de huelga en diferentes sectores, que consideramos se ha venido abajo ‘ad maiorem gloriam’ de los líderes de CCOO y UGT, que se apuntarán el tanto, como siempre, manifestando ‘que no concurren circunstancias adecuadas’ o bien ‘que no se dan las condiciones idóneas’ para la negociación. Si se tragaron el sapo de la reforma laboral, ¿de qué no serán capaces éstos? Resumiendo: el otoño será más bien frío, a pesar del calentamiento global.

Los dos 'anti-socios' muy preocupados (acojonados). Ada Colau emocionada de verdad.

Estos brutales atentados perjudican el ansia secesionista; el pueblo catalán se siente huérfano y en las casas (también en las masías) cunde la rabia, bien que reprimida (a la catalana), al constatar que la única preocupación de su gobierno, durante estos meses (diría años, pero trato de no pasarme), ha sido la independencia, que ha provocado, entre otras deficiencias y desgobierno, la desmotivación de sus fuerzas policiales, más atentos a sus empleos (a futuro) que a la venta de bombonas de butano al por mayor y al olvido de cadáveres bajo escombros, lo que ha llevado a su alto mando (independentista de la seva) a hablar de ‘restos biológicos’, en vez del cuerpo ‘entero aunque algo aplastado’ de uno de los terroristas explosionados, con la consiguiente humillación y vergüenza policiales. 

No veo yo muy claro lo del referéndum “Sí o Sí”, tampoco el rostro de Puigdemont me lo aclaró ya que lo ha escondido bajo su poblado flequillo modelo sauce llorón. Este político-fiasco llegará a Girona antes que yo, que pienso ir por Navidad y no podrá recuperar la alcaldía.

Hay más perjudicados, me he limitado a lo que, en mi opinión, resulta más llamativo en estos momentos. El presente artículo no va a ser corregido, de forma que resulte inteligible; para demagogia vana, juegos florales y para no decir nada (no sea que se le entienda) ya está el ministro del Interior que, más que jurista, parece comercial de consulta de ortodoncias. 

Los atentados no benefician a nadie… ¿o sí? (parafraseando a Rajoy)