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Torre Agbar (Aguas de Barcelona), el mejor negocio de BCN actualmente. (Foto 'Turismo BCN') |
Endesa e Iberdrola ‘roban’ los clientes a Mercadona; el fantasma del hambre y del frío ronda ya a millones de familias; aunque más exacto sería decir ‘mala’ nutrición en vez de hambre. Hemos investigado en las grandes superficies, que acaban de subir los precios nada más finalizar las fiestas de Navidad; el resultado es demoledor: huevos y patatas desaparecen de las estanterías y grandes cajas de cartón, obligando a reponer dichos productos de continuo, mientras las verduras frescas permanecen en sus cajetines separadores oxidándose y perdiendo frescura por falta de demanda. Las familias esperan a que sean rebajadas en dos o tres días ante la falta de lozanía del producto. La disyuntiva es tremenda: o calefacción o alimentación.
La comida-basura es la reina, productos elaborados con química extraña, envasados al semi vacío con envolturas de colorines, sobre todo pastas, verduras insípidas y la madre de todas ellas: la pizza plastificada que llenará barrigas infantiles y juveniles. En la carnicería el producto estrella es el pollo (que ha experimentado la correspondiente subida, precisamente debido a la demanda desmesurada); y pescado y carnes frescas quedan al alcance de un 20% de consumidores.
Triunfan las marcas ‘blancas’, no sólo blancas sino ‘limpias’ de polvo y paja, al no tener consistencia nutritiva alguna y que también experimentan subidas al estilo ‘pollo’ del que hemos hablado. Los productos, en general, ya se acercan a la barrera psico de los 3 € (500 pesetas), se trate de un frasco pequeño de espárragos peruanos, de un paquete de café al vacío, o de dos latas de atún (que no es tal) observándose un giro a las ‘despreciadas’ sardinas en lata y comienza a ‘apreciarse’ la lata de caballa.
Comida basura a precio de delicatessen. |
En cuanto al pescado congelado; el producto limpio ‘disminuye’ de volumen en la sartén (a pesar de los precios rondan los 4 €) y el ‘albardado’ (recubierto de no se sabe qué) produce ardores de estómago con carácter de inmediatez, no sabemos si debido al producto o a la albarda.
Pero volvamos al principio; que lo de las grandes superficies es bien conocido; la gran estafa que hace multimillonarios a los dueños y el engaño que supone la cadena (superpuesta) al más emblemático centro comercial del país; hipermercado que vende con un margen del 30% superior al resto, siendo así que la calidad es la misma que en el resto, o sea ínfima. En las patatas encontramos muchas averiadas en su interior; respecto de los huevos, la totalidad de envases contienen uno o dos ‘tocados’ en cáscara y membrana, y, como es lógico dada la situación, las madres (o padres) que antaño los arrojaban a la basura, ahora lo hacen a la sartén, lo que ha producido un aumento de la salmonelosis muy preocupante, y episodios gastroenteríticos a la orden del día.
Ya sólo falta indicar al cliente el camino a los contenedores y ‘venderles’ lo ya caducado
Se podría hacer montando un (a modo de) mercadillo en la trasera de los hipermercados, cobrando en efectivo y sin ticket de compra, claro
Torre Iberdrola en Bilbao. (Foto de 'Blogs') |
La factura de la electricidad no es asumible ya para el 30% de las familias españolas (son datos reales, incluso minimizados, ya que muchos ‘mienten’ por vergüenza torera); no se puede calentar la vivienda y empiezan a preocupar los consumos de móviles, ordenadores y TV enchufados en condición de recarga, incluido Internet (el afortunado que pueda pagar 40/50 € cada mes). Ojo, que si desconectas todo tendrás problemas de reconexión y pixelización.
Estamos en el buen camino revolucionario; acontece cuando colapsa la clase media
PS – El PP ha vuelto al poder, con la inestimable ayuda de un PSOE falaz y mendaz, y los españoles tienen lo que se han ganado en la ranura de la urna; claro que ahora las fecales han llegado a su portal, ya no son privativas de la clase ‘baja’, inmigrantes e indigentes. Toca volver a guardar el coche, en la calle, por supuesto; toca volver a dejar de pagar el seguro; no pasar la ITV en fecha y mucho menos el adecuado mantenimiento. En cuanto a ropa y calzado, no hay más que echar un vistazo al personal en la calle, vistazo rápido, porque hay que volver a vigilar la presencia de cacas de perro, lo cual hace que, ya de por sí humillados, tengamos que caminar mirando al suelo y forzando las cervicales, que no podrán ser ‘aliviadas’ al estar todo tipo de pomadas ‘fuera’ del seguro, amen del subidón de precio de las mismas en las farmacias, colectivo éste, el de la farmacopea, que iguala ya en repulsa ciudadana al de los bancos.
No nos preocupan las críticas, la gente sabe que para calentarse: ¡Acuda al Corte Inglés!