MLFA
Algo tuvo que ver la crisis económica acontecida a lo largo de los primeros años de este siglo; hasta entonces los hombres vivíamos una existencia plácida, en 1991 había finalizado la 'Guerra Fría'; los avances tecnológicos eran imparables, también en el sector sanitario y en el farmacológico; la agricultura ecológica era tema de debate, se contraponía a la producción agrícola transgénica; las comunicaciones dieron un salto de gigante; y los desplazamientos, a través de vías modernas a bordo de vehículos seguros y confortables, o por las redes ferroviarias de alta velocidad, y con puertos y aeropuertos dotados de nuevas medidas de seguridad; todo ello, junto con el comercio 'globalizado', auguraba mayores y mejores expectativas de vida. Las guerras eran 'lejanas' y 'locales', propias de árabes y asiáticos, no había nada que temer por nuestra parte. Teníamos empleos seguros; si bien es cierto que no fue mi caso, por propia decisión; la mayoría de mis compañeros de pupitre se jubilaban en la empresa en la que comenzaron su andadura profesional. En 2010 comenzaban a cicatrizar las heridas provocadas por el terrorismo de ETA, en nuestro caso; en el resto de España se echó tierra encima sobre la masacre de Atocha, me refiero a la de los trenes; la de los abogados de Atocha seguía en nuestros corazones.
En el varón no ha sido así: EPOC, Cáncer, Diabetes, Cardio, Estrés, y Ansiedad, recortan expectativa de vida
La vida sedentaria; el consumo de alcohol y de tabaco (este ha disminuido, pero para nosotros, los 'setentones', el daño está hecho y sufrimos broncopatías y otras patologías respiratorias); y la alimentación copiosa; unidos a la preocupación por el futuro de nuestros hijos y nietos; están minando, y de qué manera, la salud de los varones mayores de 65 años. La pandemia de 'Covid' y la guerra de Ucraïna, nada lejana y más bien 'global', ha afectado a los varones de mi generación; de hecho, muchos estamos perdiendo interés por la vida tal y como la concebíamos hasta ahora.
La falta de interés por la cultura y la inactividad mental, el rechazo de la escritura y de la lectura, 'envejecen'
Hoy 'duramos' (perdón por la expresión) 75 años; a salvo accidentes, cánceres y otras enfermedades que se ceban en los varones que frisan la sesentena. Es por ello que deberíamos 'planificar' nuestra existencia con arreglo a calendario. Sería conveniente 'programar' nuestra vida familiar, social y económica, ya desde nuestra 'emancipación'; y tener previstos los 'escenarios a futuro', que yo denomino, a mi manera, 'escenarios del crimen', y dejar de lado aquello de que ¡Dios proveerá!
Es conveniente pensar en la muerte, no debe ser tabú, y registrar un 'Testamento Vital' con optimismo
(A partir de los 75 no deberíamos tomar decisiones, ya cumplimentadas, y limitarnos a vivir sin miedos)
PS - Quienes dispongan de cierto patrimonio deberían recordar que, a partir de su 75 aniversario, sus hijos empiezan ya a 'impacientarse'.