domingo, 12 de febrero de 2023

Los virus respiratorios inundan el aire que respiramos: ¡Se quedan!

 MLFA - Técnico Sanitario Grado Avanzado (STCW-C 164 ILO).

Observamos con preocupación la 'excesiva' duración de los resfriados, vulgo 'catarros', gripes y congestiones nasales, faringitis y toses secas, y estornudos compulsivos. Esta situación se ha agravado durante el otoño-invierno 2022/2023, y los expertos no nos explican, de forma pedagógica, las causas de la misma. Hago abstracción de la menor incidencia del coronavirus 'SARS-CoV-2', por mor de la gran vacunación a escala mundial. Teniendo en cuenta, no obstante, que continúa en vigor la declaración de 'pandemia' de Covid.

Los expertos sanitarios se limitan a 'tranquilizar' a la ciudadanía con aquello de: ¡Sí, pero son más leves!

La atmósfera se encuentra 'inundada' de virus respiratorios; se diría que estos son ya una parte consustancial del aire que respiramos, compuesto por nitrógeno, oxígeno, argón y por vapor de agua. Habría que añadir, a partir de ahora, que contiene 'patógenos respiratorios' en diferentes porcentajes. Además del polvo en suspensión que proviene del Sahara, del que también deberíamos protegernos.

Dos son las causas que provocan la inclusión de 'patógenos' en la composición del aire que respiramos. La propia infección por 'coronavirus' y consiguiente contagio de millones de personas, y la masiva vacunación de la población mundial.

Todos sabemos que las vacunas introducen en nuestro organismo partes microscópicas del patógeno, de tal manera que se generen 'anticuerpos' que luchen contra el propio virus impidiendo que 'infecte' nuestro sistema respiratorio; pero no resulta descabellado deducir que hemos 'contaminado' el aire que nos rodea. Lo hemos hecho, a partes iguales, entre los 'infectados' y los 'vacunados'.

Si bien esa 'contaminación' resulta ser leve al tratarse de un virus muy 'vapuleado'

A pesar de su 'levedad', comprobada en el día a día, ese aire 'contaminado' puede afectar a las personas vulnerables por razón de edad o de enfermedades concurrentes. De ahí que algunos recomendamos el uso de mascarilla en ciertas situaciones de riesgo; tales como aglomeraciones ciudadanas, transportes públicos masificados, o circunstancias meteorológicas adversas.

Se impone una concienciación cívica y unas medidas preventivas que, hasta ahora, no nos habían hecho falta