viernes, 3 de febrero de 2023

Mario Vargas Llosa, MLFA... y los suegros de Carolina de Mónaco

 MLFA - Profesor de Náutica y Experto Docente en Seguridad Integral y LCI (Lucha Contra Incendios). Barcelona (1986-2004). Propietario de "Securitatea". 

"Los Vientos", cuento sobre el desamor, publicado en 2021, a los 86 años.

Escrito en "Villa Meona", con un ordenador pequeño en un cuartito diminuto, con baño; "Los Vientos" es un cuento sobre el 'desamor' a edad provecta, en el que el simpar Mario Vargas Llosa, el Nobel de Literatura peruano y político frustrado en su país, se refiere a sí mismo y a su entorno sentimental y erótico-festivo, algo que hoy está de moda entre escritores y cantantes. Yo mismo lo practico, con mucha más elegancia que Vargas Llosa que ha resultado ser un 'vulgar' a los 87 años. ¡Si el sueco Nobel levantara la cabeza! La pregunta que uno se hace tras leer las desdichas de Mario es: ¿Cómo se puede ser tan tonto como para aguantar ocho años en ese cuartito diminuto, siendo multimillonario? ¿Pudo ser por amor intenso? Sus biógrafos nos dicen que estando casado se enamoró de una medio parienta de 15 años que apareció por su casa, con la cual se casó 4 años después y con la que ha convivido 54 años; los años pueden no ser exactos; no soy capaz de leerme la biografía del peruano que aspiró a la presidencia de su país y fue rechazado por el pueblo.

Lo más llamativo es la referencia a su 'pitxula' que, por lo visto, solo le sirve para orinar a trompicones

El cuento no vale ni la tinta y el papel (con lo caro que va) empleados por la editorial, lo cual no es óbice para que se venda en muchos países por su autor, un Nobel de mucha categoría. Refiere una serie de simplezas que le ocurren a miles de 'enamorados a la vejez' que caen en las garras de individuas aviesas. Reconoce que su habitación, que no es la suite de la Preysler... ¡Hasta ahí podríamos llegar! que diría la 'pilipina' asentada en nuestro país: "Es un cuartito diminuto con su baño" (Sic), así nos lo insinúa en el cuento que se venderá como churros en Almería. El cuento vale lo que su 'pitxula' muerta.

'Villa Meona' dispone de 14 cuartos de baño; a Mario le tocó uno, al parecer, y de los más pequeños. Pequeño el cuarto, el WC, el PC... y la pitxula 'muerta'. Claro que con ese agua tan sucia de la piscina se te muere la pitxula y hasta las neuronas.

Mario se arrepiente (se deduce del texto) de haber dejado a su mujer de toda la vida, (algo que no es cierto, porque era la segunda, que sepamos), por la ex Marquesa de Griñón y mamá de Chabeli (la del cheque mensual de 1.000.000 de pesetas del Juliño Iglesias, también provecto y algo 'tocado' al parecer). La Preysler sería la tercera mujer (oficial) del premio Nobel de Literatura.

¿Qué tiene que ver todo este rollo con MLFA? se preguntarán muchos lectores, esto no es un 'cuento'

A finales de los años '80' tuve que ocuparme de organizar la seguridad de los pacientes VIP de un afamado urólogo sudamericano afincado en Barcelona; uno de ellos era un jeque árabe que le regaló un fabuloso yate "Hatteras" de 18 metros, el médico era el rey de la próstata (la de los demás, ya que la suya era perfecta y le permitió vivir hasta los 93 años).

Yate "Hatteras" regalo del jeque árabe paciente del urólogo sudamericano.

Otro de sus pacientes era el suegro de Carolina de Mónaco, Giancarlo Casiraghi, magnate italiano y padre del marido de Carolina, muerto a la edad de 32 años en accidente de lancha rápida de competición. Él y su esposa me invitaron a cenar en el "7 Puertas" de Barcelona en compañía del urólogo y su joven esposa. Quedé impresionado por la sencillez, educación y atención del matrimonio italiano, ella, Fernanda Biffi, tuvo que hacerse cargo de los innumerables negocios de la familia en Milán, Roma y en el Principado de Mónaco. Giancarlo falleció de cáncer de próstata seis meses después, a la edad de 72 años.

El eminente urólogo tenía entonces 83 años y seguía en activo en plenitud de facultades físicas y mentales

La joven esposa del urólogo, 43 años más joven que el marido y madre de un niño, quería hacerse cargo del comando del yate; el médico me pidió, como un favor especial, que le diera clases particulares en su domicilio para 'reforzar' las que recibía en una academia de yates del Puerto Olímpico. Estando impartiendo clase a la joven esposa tuve necesidad de hacer 'aguas menores' y pregunté por el baño. Me condujo al cuarto de baño de invitados y al abrir la puerta me dijo: "Es el WC de mi marido, el principal lo utilizamos mi hijo y yo" (explicación que no venía a cuento y que tiró por los suelos al eminente urólogo de edad provecta). El espacio era reducido: retrete, ducha y armario con los enseres del hombre. ¡No tenía bidet!

Hasta donde puede llegar la perfidia de algunas mujeres y la estulticia de hombres tan poderosos

El urólogo falleció a la edad de 93 años; entonces supe que uno de sus hijos había sido un sanguinario capitán del genocida Videla, eso por la parte negativa; y por la positiva, que yo definiría como la 'Operación Bidet', había pasado la mayoría de sus propiedades y pertenencias a sus hijos, en brillante testamentaría. A la joven esposa: un legado y un pequeño apartamento en Paseo de Gracia. De nada le sirvió el título de 'Patrón de Yate' que ayudé a obtener a la tía buenorra aquella. No había heredado el superyate.

Espero que alguien haga llegar este artículo al nobel Vargas Llosa y que le sirva de consuelo