martes, 21 de julio de 2020

Son incontables quienes felicitan mi serenidad en esta adversidad

MLFA 
Profesor de Seguridad Integral y LCI 
Instructor de Tiro FFSS y Vigilantes Jurados 


Vaya por delante que, a punto de cumplir 73 años, uno no puede vanagloriarse de ser el vengador que le gustaría ser; comenzaré por una simple anécdota divertida. Al inicio del macro proceso que orquestaron contra mi persona el PP (Partido Popular) y la Iglesia provincial, contacté con un abogado, hijo de un amigo para más señas; respondió a botepronto y con altanería procaz: “Yo no me meto con el PP”. Por respeto a su padre no respondí como se merecía y lo dejé correr. Semanas después me convocó a su despacho; allí, entre gimoteos y sin dar muestra alguna de arrepentimiento, me dijo que estaba enterado del bufete que llevaba mis asuntos en la capital y quería que hablara en su favor, al tiempo que me hacía entrega de su tarjeta. Esa tarjeta llegó a manos del presidente del despacho, cuyos tentáculos se extendían a la abogacía europea; con orden-ruego de mi parte de que no se le ofreciera trabajo alguno. Meses después se presentó en mi portal una gitana a la que ayudaba, en mi actividad socio-humanitaria, era jefa de un clan de ‘camellos’, buena persona, si bien altamente peligrosa. En aquel momento tres de sus hijos cumplían condenas elevadas en Jaén y Córdoba. Uno de ellos había sido requerido en el juzgado de su residencia y ella acudía a mí en demanda de apoyo y consuelo; coincidió que el abogado de oficio era el de la ‘tarjeta’. Le dije que renunciara a sus servicios pero que lo hiciera en la puerta de los Juzgados, acompañada de su gente; exigí que el rechazo no llevara aparejada violencia alguna y anuncié mi presencia para echarle una mano cuando se les viniera encima la fuerza del resguardo; el ‘narco’, como es obvio, vendría ‘esposado’. No hemos vuelto a saber nada del abogado que no quería enfrentarse al PP y tuvo que escuchar insultos y amenazas de un grupo de vecinos de etnia gitana, la mayoría de ellos delincuentes. La última información que nos llegó del tipo aquél hacía referencia a un empleo como administrador de fincas. 

Se armó la de San Gedeón; les asignaron otro abogado cuatro horas después del follón 

No hay serenidad en situación de adversidad, máxime si esta es producto del rencor y de la injusticia; no puede haberla salvo que se tome ‘venganza’ justa en las personas que intentan hacer daño a sabiendas y por intereses espurios. Y en estos días de incertidumbre por el sesgo que tome mi situación judicial, así como por la pandemia de coronavirus que rebrota debido a la falta de civismo de gran parte de la ciudadanía española, agravada por el incendio que ayer nos tuvo preocupados, a pesar de mi conocimiento del oficio como profesor de ‘Lucha Contra Incendios’ (el segundo fuego en estos cinco años, muy sospechoso de intereses inmobiliarios en la zona). Mi salud está bajo control y las constantes vitales reguladas, precisamente por la serenidad; a la espera de la intervención de retina, tan ansiada como temida. El precio: ausencia de vida social desde febrero de este año.


Paso a anunciarles el relato de la venganza ejercida sobre personas malas y maldecidas por el Señor: clérigos expoliadores de palacios ajenos a la Iglesia y homosexuales, lo que a su edad les hacía bastante sospechosos de pederastia; probada en uno de sus sacristanes, este violador de menores cursó con una simple pena de destierro de cinco años; pero lo cazamos a su vuelta y pudimos consolar a la familia de la adolescente violada en el campanario de la parroquia; arquitectos, afectados por la crisis de 2008, a quienes les cayeron todas las plagas de Egipto en sus obras públicas y privadas; empresarios corruptos que mezclaban carburantes de diferentes calidades; y políticos municipales y provinciales corruptos que conseguimos llevar ante los tribunales; han sido imputados – al final de un largo recorrido – por delitos graves contra el Medio Ambiente; las amenazas de sus sicarios nos tuvieron preocupados, al final de 2015 la preocupación cundió entre las propias fuerzas de seguridad, que recomendó mi marcha de la zona, algo ya decidido de antemano. Por mucho que te gusten las armas de fuego, no es agradable dormir con la pistola en la mesilla de noche (durante dos años largos). Y la costa es el lugar apropiado para envejecer cuando has navegado 21 años a través de todos los océanos.


Lo iremos contando en los próximos días, sin rencor, con la satisfacción del deber cumplido. En mi caso hay otro factor añadido; mi ‘cuarterón’ judío, el ‘ojo por ojo’ que se impone siempre - entre nosotros - a la caridad cristiana, algo diseñado por la iglesia católica, siempre para favorecer a los injustos, ellos saben que obtendrán el perdón. Yo les recuerdo a menudo: ¡Hay de aquél que escandalizare o hiciere denuncias falsas contra su prójimo! ¡No encontrará perdón! ¿Entonces? ¿En qué quedamos?

¿Justicia? ¿Ajuste de cuentas? ¿Venganza? Lo dejo en sus manos: ¡Serenidad! ¡Templanza!
(Siempre hay que evitar la violencia; este es un principio fundamental, con violencia pierdes la razón)