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| El Banco Mundial sostiene que los sicarios son jóvenes 'ninis'. (Foto 'Revista Búsqueda') |
Nos preguntamos a menudo porqué se consiente que un alcalde ostente la vara de mando durante 28 años, o 24 alguno de sus concejales, que, en el momento de dejar el cetro, entran en depresión aguda y exigen que tengamos conmiseración, incluso piedad, de ellos. Porqué se mantiene una alcaldesa 24 años en el cargo y cuando se ve obligada a dejarlo, en edad provecta, sufre depresión aguda como el segundo de los citados en estas líneas. Pero en nuestro pueblo tenemos más casos, veamos.
Un alcalde se niega a entregar el bastón de regidor a su sucesor. ¿No está de acuerdo con el resultado de las elecciones? ¿Considera que hubo pucherazo y nos manifiesta su indignación con ese gesto? No, nada de eso, la respuesta es que no respeta el resultado electoral, es decir que es un totalitario, por no decir un fascista, que rechaza el juego democrático. Otro concejal, más exacto sería decir varios, pero nos fijamos en uno más particular, entra en depresión aguda (y así podríamos seguir), de hecho un candidato a la alcaldía de nuestro pueblo tuvo que ser ingresado de urgencia con un serio ataque de ansiedad que dejó secuelas, al conocer el resultado de las votaciones.
Nos preguntamos: ¿Ocurre lo mismo en otros países de nuestro entorno?
Rotundamente ¡NO! y ese ¡NO! rotundo abre otras puertas que conducen a oscuros agujeros; uno de ellos es la enfermedad y la muerte. Atención que tenemos a un amigo de Rajoy (otro más) aferrado al cargo estando muy enfermo y en edad de jubilación. Le deseo lo mejor, pero la cosa pinta bastante mal. ¿No ha ahorrado lo suficiente? ¿No tiene jubilación máxima y otras prebendas? El otro agujero es el de la amenaza y el de la violencia, normalmente por medio de sicarios, pero también con interposición de demandas injustificadas que afectan a las familias y cuestan dinero. ¿Son conscientes de que España se ha convertido en república… ¡bananera!, no la nuestra, a la que tenemos derecho? Quien suscribe estas líneas sufrió un intento de agresión (el tercero); el fulano fue detenido y la denuncia, a pesar de que agredió a un agente, archivada. Fue el 10 de Noviembre, ahora ha hecho un año de aquello.
Recordemos a Belén: ¡Yo por mi niña mato! Lo que nos llegamos a reír con ella
Como las respuestas resultan obvias, terminaré esta nota (sigue lloviendo) con una historieta. Ayer la Sexta retransmitió un famoso reportaje que se realizó a Fidel Castro, el más humano e intimista de cuantos se le hicieron, que no fueron muchos. En un momento dado, recorriendo La Habana con los periodistas a bordo de un Mercedes viejo, el periodista le pregunta por el siguiente destino para comunicarlo a los cámaras y traductores. Fidel, muy tranquilo, (acababa de cumplir 70 años), le responde, con una sonrisa: “Te lo diré antes de llegar”, el reportero, que se había ganado su entera confianza, le replica: ¡Comandante! ¿No estamos seguros en La Habana? Y echa un vistazo de soslayo al equipo de seguridad que, aunque fuera de cámara, acompaña a Fidel; el Comandante le responde: “Siempre hay que tener presente al loco”.
Encontrándome en Madrid con miembros de las Fuerzas de Seguridad amigos de la familia, me habían pedido que les informara acerca de las graves amenazas que sufría de parte del entorno del PP de Manzanares (un año después provinieron del entorno del PSOE local), estos expertos, con quienes había trabajado en temas de Seguridad, me dijeron: “Deberías saber que se trata de bravuconadas e intentos de amedrentarte”, en ese momento, uno de ellos le replicó: “Estoy de acuerdo pero nunca debemos ignorar al ‘loco’, siempre hay uno”.
Resumiendo: Los políticos españoles son patrimonialistas y por el cargo ‘matan’
Así lo venimos advirtiendo; por ahora quienes enferman son ellos, pero ante la nueva política que se les ha presentado de golpe: podemitas e independentistas, debemos ser precavidos.
Cualquiera puede percibir en el famoso 'portacoz' una llamada a las bestias
PS – A fin de cuentas él mismo es una de ellas y ahí sigue; luego los responsables están en la cúpula y son conscientes de que les puede interesar volver a la guerra sucia, eso si no han vuelto ya, todos saben a qué me refiero y a qué niveles. El entorno etarra hacía lo mismo que el 'portacoz'; señalaba a las víctimas, luego ETA se encargaba de la ejecución; hoy en Alsasua se llama simple 'apalizamiento', claro que 50 contra 4, no parece de 'gudaris' bravos.
La solución pasa por limitar mandatos
