lunes, 28 de noviembre de 2016

Manzanares vivió y vive a la "cubana" y trata de volver al sistema

Kontuz
Ya veo Manzanares, cerca de Madrid, allí están mis coleguitas. (Foto El País)

1982 fue el año que marca la frontera entre el régimen franquista y su pedículo neo totalitario en derredor del conglomerado UCD; ese año ‘ganó’ las elecciones el socialismo que representaba el famoso “Clan de la Tortilla” que – curiosamente - procede de Andalucía. ¿Por qué decimos curiosamente? Por la sencilla razón de que Andalucía y Cuba compartían pobreza y condiciones de vida similares, con grandes déficit en cuanto a educación y sanidad; idéntica situación de interdependencia del sector primario, es decir de la agricultura; ambas comunidades, andaluza y cubana, habían sido duramente reprimidas, por Batista en Cuba y por Franco en Andalucía.

Con ese caldo de cultivo se encontraron estos dos hombres hábiles y manipuladores, González y Castro y lo aprovecharon haciendo germinar un ‘populismo’ que supera al populismo que tanto critica hoy un Felipe González provecto, un anciano que vuelve a la 'amargura' y al 'desclasamiento' que fueron su gran bitola (de puro cohiba) en su juventud. Cierto es que lo hace como socio-cómplice del gran capital y hasta ahí no ha llegado Fidel Castro. Ambos líderes eran hombres de la ‘cáscara amarga’, la gran sonrisa de González era impostada; sus íntimos hablan de un hombre con ‘mala leche’ congénita.

En Manzanares, que sigue siendo importante para nosotros, en nuestra tarea de deconstrucción del régimen ‘nievista’ heredero del ‘pozismo’, que esperamos ver culminada en Mayo de 2019, para poder largar amarras de un pueblo hostil hacia el foráneo, sumiso y cobarde; comunidad donde la envidia supera los índices del resto de España, ya suficientemente elevados; y, todo hay que decirlo, después de ajustar cuentas con aquellos que han intentado reprimirnos y hasta eliminarnos 'civilmente'; algo que, resulta obvio, no sólo no han conseguido, sino que han logrado todo lo contrario de lo que se proponían y se arrastran entre el oprobio de los vecinos más críticos y la indiferencia popular.

Beatos, políticos de uno y otro signo, incluidos alcaldes, han sido ‘expuestos’ al público

Nos han mostrado sus vergüenzas y de esa guisa – en pelota picada – han entrado en los hogares de los manzanareños para, en la más absoluta intimidad y detrás de postigos bien cerrados y visillos amarillentos ya, poder descojonarse de las desgracias que han caído sobre ellos, porque las personas sumisas se caracterizan por su especial crueldad. Y de este ‘descojone’ aunado con el desprecio absoluto no se han librado algunas mujeres-madres que vienen arrastrando un descrédito que, a modo de dermatitis social, les acompañará de por vida, debidamente cronificada. 

Llama la atención en otros lares que estos políticos/políticas no abandonen Manzanares

Pero volvamos al inicio, no perdamos la onda, (estamos muy desbordados por el trabajo social y la actividad académica); en Manzanares, como en Cuba, se pisotean las libertades (desde 1983), especialmente la de prensa; se llegó a prohibir la entrada de televisiones y cadenas de radio en los Plenos; se ‘colocó’ a trabajadores en todas las empresas para que hicieran de ‘espías’ para el poder municipal ‘socialista’, que no lo era (socialista), resultaba ser un remedo de los ‘falangistas’ desaparecidos. Esos mismos espías se introdujeron, como ratas por tuberías malolientes, en asociaciones mal llamadas cívicas, en clubes deportivos y en cofradías de penitentes; también en cooperativas, como todo el mundo sabe; en el Ayuntamiento y hasta en el hospital de Altagracia donde sus conmilitones robaron a mansalva; y donde no pudieron con el colectivo de médicos.

Se controlaba a los medios; se financiaba a la Iglesia Católica para que ‘no le tocaran los cojones’ (expresión literal de uno de los alcaldes), otra frase clásica era: ‘te lo concedo siempre que te portes bien’. Nepotismo y amiguismo en grandes dosis, falta o ausencia de desarrollo de las libertades y castración cultural; subvenciones millonarias a organizaciones y asociaciones afines; concesión de empleo y licencias a cambio de voto, y, como en Cuba, a cambio de favores sexuales, que, en determinados casos, se convertían en sevicias.

Hablamos de ‘cultura’, ésta era ‘dirigida’ – muy a la cubana – y siempre de la mano de un clero presuntamente corrupto como se llegará a demostrar dentro de la legislatura que se acerca ya a su ecuador.

Prepotencia y chulería, pero sobre todo, como en Cuba, en la impunidad más absoluta

Cuba y Manzanares en quiebra, sin futuro y con esperanza