sábado, 15 de octubre de 2022

Gobernanza: Curso de Gestión de la Seguridad Pública (BCN 2003)

MLFA – Coautor, traductor y director del Curso. Criminólogo e Investigador. Último tema, tras la pandemia. 


El concepto teórico de las ventanas rotas

Como ya hemos dicho, la hipótesis central de esta teoría es el nexo o lazo de unión existente entre el desorden y la aparición del delito. En definitiva, la existencia de una dimensión muy relacionada con la convivencia, con lo cotidiano, que no tiene porqué ser delictiva y que tiene una fuerte influencia sobre la percepción subjetiva de la seguridad y sobre la calidad de vida del ciudadano. Resalta la importancia que, para toda administración, ha de tener la iniciativa y el control sobre el espacio público.

Si bien, a pesar de este mejor control, el riesgo de ser víctima de un delito es real, se olvida otra clase de miedo, el miedo a ser agobiado y a veces abordado por personas molestas, que visualizamos como peligrosas. No se trata de gente violenta, ni criminal, sino ‘personas de mal vivir’, gente ruidosa, insociable e imprevisible. Hablamos de mendigos y vendedores ambulantes ilegales (el morito de la motosierra acojona…), personas ebrios, drogadictos, granujas, prostitutas o personas con enfermedades mentales. Así; las patrullas a pie van a elevar, hasta el extremo que les sea posible, el nivel de orden público de los barrios.

La aplicación de las “ventanas rotas”: la tolerancia cero

Comencemos respetando las críticas que algunos criminólogos hacen respecto de la “tolerancia cero”; para ellos supone la aplicación de la ley sobre los colectivos más desfavorecidos y sobre las minorías; se trata de expertos ‘bienpensantes’ en la mayoría de los casos, ninguno de los cuales vive ‘peligrosamente’ en zonas degradas socialmente.

La tolerancia cero es una de las aplicaciones estratégicas de una política publica de Seguridad basada en la hipótesis de que el endurecimiento de las leyes, de las penas, y de su aplicación, comporta una reducción de la delincuencia.

Al respecto, cabe añadir que los países anglosajones están endureciendo sus leyes penitenciarias, de las penas y de su aplicación, y ello comporta una reducción de la delincuencia.

La tolerancia cero tiene una percepción positiva para amplias capas de la sociedad, muy preocupada por la necesidad de recuperar el control de la calle, en esta época de envejecimiento de la población que nos ha tocado vivir. Tenemos a nuestros mayores “encerrados” en sus viviendas o en residencias geriátricas, y a los criminales, grandes o pequeños, degradando nuestras calles, en muchos casos con total impunidad, véanse los casos de las ciudades españolas, de sus centros históricos o polígonos industriales, por ejemplo barrio de Lavapies y polígono Marconi en Madrid. Y de la Barcelona de Ada Colau mejor no hablar.

Ha resucitado el Onofre de la ‘Ciudad de los prodigios’ de Eduardo Mendoza

Barcelona y Madrid se acercan a niveles de ‘inseguridad’ propios de capitales latinoamericanas y es importante que seamos conscientes de que los próximos gobiernos serán ‘elegidos’ en base al criterio de sus candidatos respecto de la ‘inseguridad’. El ejemplo de Italia en octubre 2022 es determinante y un modelo a seguir por gran parte de la ciudadanía española. (MLFA)

La aplicación de la estrategia de tolerancia cero comenzó en EEUU a mediados de los años ‘90’ y lo hizo con un endurecimiento de la ley, especialmente en ámbitos como la posesión de drogas, o la conducción de vehículos, complementada por la persecución del pequeño delito, o erradicación del fenómeno del ‘graffiti’...

Existe un amplio debate sobre la ‘tolerancia cero’ como estrategia para la seguridad, se recomienda la lectura de autores como Skogan, Simpson, Raudenbush y Bushay, cuyos estudios aparecen en nuestra bibliografía.