miércoles, 19 de octubre de 2022

Cine 'de terror' y cine 'fantástico': La gente prefiere ver "El Padrino"

 MLFA

50 años de "El Padrino" (1972), el gran referente de mi generación; la obra cumbre del cine italo-americano: Mario Puzzo y Francis Ford Coppola.

Son como de la familia; en este caso me refiero a nuestra 'familia', no a la 'famiglia' de los Corleone, y lo son y serán desde nuestra juventud (en mi caso 23 años) hasta el ocaso de nuestras vidas. La Paramount 'arrasa' cuando proyecta las grandes películas de nuestra vida, cito de memoria: 'Apocalipsis Now', 'Platoon', 'La chaqueta metálica', 'Forrest Gump', 'El fugitivo', 'El Doctor Zhivago', 'El Padrino', 'Rocky', 'Titanic', 'Gladiator' y alguna otra que me dejo en el teclado. Debo reconocer que soy muy condescendiente con dos instituciones USA: La Mafia y el Ejército, que, por cierto, nos salvó el culo a los pusilánimes europeos en las dos grandes guerras (1918 y 1940). Y es que el cine americano es una simbiosis perfecta entre la ficción y la realidad. ¡Cuánto hubiera dado yo por disponer de una 'Mafia' durante la dictadura de Franco! Algunos pensaron que ETA era un remedo de la mafia italo-americana; nada más lejos de la realidad, eran asesinos implacables cuyo único objetivo era 'matar', no había otras motivaciones, de hecho, muchos miembros de la banda 'no cobraban' por matar y vivían con grandes privaciones. ETA no era, ni tan siquiera, el IRA irlandés. Algunos episodios de ETA no los superan ni los 'Hutus' de Ruanda; a aquella negrada salvaje no se les hubiera ocurrido lo que ETA hizo (y quiso hacer) con Ortega Lara.

Brando, Al Pacino, Robert de Niro, Russell Crowe; Steve Mac Queen; actores irrepetibles e inigualables

Desde siempre he venido comparando las grandes 'películas', USA por supuesto, (yo no veo cine español, por higiene mental), con las grandes 'óperas' italianas, y con las 'pinturas' y 'esculturas' del Renacimiento. Uno no se cansa de ver 'El Padrino' una y otra vez, de igual forma que no se cansa de escuchar a Pavarotti, o de ver 'La Gioconda' o 'El Guernica'.

En el segmento de edad comprendido entre los 12 y los 30 años, es decir, entre los jóvenes, no mola ver películas; no soportan estar dos horas sin su apéndice más importante: el teléfono móvil; pueden tener encendida la televisión en su habitación pero la pantalla que ven sin parpadear es la del móvil.

Entre los 30 y los 60 años (En La Tabernera del Puerto se habla de entre los 30 y 40) la fijación la constituyen las malhadadas 'series' de televisión, basura inyectada en el cerebro a través de la retina. Es la excusa perfecta para esperar a que se duerma el marido, no se le vaya a ocurrir exigir el débito conyugal.

Mujer ansiosa viendo una serie de TV en el salón con la calefacción apagada, a la escucha del primer ronquido del marido para poder acostarse tranquila.

Las series televisivas causan un estropicio neuronal de envergadura; no me refiero a 'la verga', claro está

A partir de los 65 años hemos de diferenciar los dos grandes colectivos humanos; aquellos de nuestros mayores que no tuvieron formación académica, bien sean 'urbanitas' o bien sean 'rurales'; estos, que cuantifico en cinco millones de personas, disfrutan de programas de ínfima calidad en sus cadenas regionales, en los que tienen, además, premio añadido, casi siempre doble: 'pelis' de vaqueros y corridas de toros. Algunos, más atrevidos, se atreven con los telediarios de TVE o bien de Antena 3. La mayoría de 'vejetes' ignorantes (los pusieron a trabajar con 8/10 años) reconocen que han visionado la misma película de vaqueros varias docenas de veces.

Los otros cuatro millones de 'jubilatas' agradecen las películas USA de toda la vida, me refiero a las grandes producciones, visitan museos y leen obras de calidad, si bien detecto últimamente que sus lecturas se corresponden con libros técnicos relativos a la que fue su profesión; en Euskadi se reconvierten en cocineros y en Catalunya participan de la gran oferta cultural que se les ofrece.


No puedo ignorar el atractivo que supone visualizar aquellas películas que emocionaron a nuestros padres, cito entre otras: 'La Gran Evasión', 'Los cañones de Navarone', 'El puente sobre el río Kwai', 'Lo que el viento se llevó', y '12 del patíbulo'.

Los chavales de entonces nos hacíamos 'pajas' (algunos eran 'priapistas'); los de ahora, embrutecidos por los vídeos-porno del móvil, se olvidan hasta de cascársela. No leen, tampoco estudian ni tienen inquietudes culturales, sociales o, incluso, políticas. Generaciones enteras de 'carne de cañón' laboral, o beneficiarios de algún tipo de ayuda, ahora, con Sánchez, la recibirán a partir de los 18 años. Si viven con los padres o abuelos podrán acceder a un automóvil híbrido coreano, y aún les sobrarán 300 € para canutos y botellones. Todo menos estudiar, por parte de una mayoría; se salvan quienes, motivados por padres y educadores, estudian y se esfuerzan, normalmente en centros privados, también en universidades privadas.

Nada nuevo bajo el sol; en la 'pública' también hay estudiantes brillantes, muy brillantes, pero 'muy pocos'