MLFA
El nuevo abad de Montserrat Manel Gasch i Hurios
Con motivo de la celebración de la 'Pascua de Pentecostés', más conocida como la 'Segunda Pascua', el nuevo abad ha sorprendido gratamente a los fieles que abarrotaban la basílica de Montserrat dictando una homilía de corte 'social' en la que ha contrapuesto la espiritualidad inherente al ciudadano cristiano con los usos y costumbres sociales y económicos 'de las últimas cuatro décadas'. La misa ha sido solemne y cantada en gregoriano, todo un placer para el espíritu y también para el resto de los sentidos. La lengua catalana no está en crisis en esta montaña mágica de Montserrat. Como anécdota; un monje de origen latinoamericano ha expuesto su prédica en lengua catalana, con tal perfección lingüística que nos ha dejado boquiabiertos a asistentes y telespectadores. Los españoles que denigran el idioma catalán se verán obligados (más bien sus hijos y nietos) a abandonar Catalunya porque serán considerados ciudadanos 'de segunda', en las próximas décadas. Nadie puede torcer el brazo a la Iglesia y su lengua vernácula, es algo obvio de toda obviedad. ¡Respeten el catalán, el euskera y el gallego! ¡No sean acémilas!
No son tiempos, lo advertí durante la pandemia, de retórica; tampoco de cláusulas de estilo literarias
El abad Gasch así lo ha entendido y ha prescindido de circunloquios al dirigirse a los asistentes para afearles, de forma elegante, como corresponde al intelectual que es, el individualismo que caracteriza a la sociedad actual, su dependencia de las nuevas tecnologías (haciendo especial hincapié en la telefonía móvil) y el rechazo, más que evidente, de una gran parte de la sociedad, hacia la cultura en general y a la 'espiritualidad' en especial. Ha subrayado el protagonismo de Cristo en nuestras vidas, también en nuestra toma de decisiones; me ha recordado a Lev Tolstoi, era una constante en la vida del gran maestro de la literatura rusa (Putin no ha leído a Lev, es evidente, y terminará cayendo en valle de tinieblas, 'soy la espada' dijo el Señor ante los enemigos de su pueblo).
No ha hecho mención a la 'religiosidad', su leitmotiv ha sido la 'espiritualidad' consustancial al ser humano
Intervención de hoy del abad emérito Josep Mª Soler. Formé parte de su séquito en el viaje a Roma de abril de 1992, todo un honor para mi persona.
El monje benedictino y sacerdote Manel Gasch i Hurios procede de una familia perteneciente a la burguesía catalana, bebe de las fuentes del 'soberanismo' no excluyente, y es un digno sucesor del abad Josep María Soler, que rigió la comunidad benedictina de Montserrat durante 21 años. A él le toca organizar los actos del milenario de la abadía, previstos para 2025, bajo el lema 'Catalunya Dins', se cuenta con la presencia del Papa, entre otras personalidades civiles y religiosas de todo el mundo. Pido al Señor, a través de su hijo Jesucristo, que habita en cada uno de nosotros, que me conceda salud para peregrinar a Montserrat a lo largo del año del Señor de 2025, es algo que no me debería negar, así lo pienso yo, al menos.
Sólo faltan dos años y medio para el evento. 1.000 años de Montserrat y de lengua catalana doblan los 500 años de historia (negra como el carbón, con algún que otro matiz gris) de España. A partir de ese año, a mi vuelta del monasterio y tras varios días de vino y rosas en Arenys de Mar (Maresme catalán), ya me consideraré amortizado y listo para rendir cuentas ante el Gran Hacedor, a la edad de 77 años; lo que venga a partir de entonces será bien recibido y considerado como un regalo.
Abades de gran talla intelectual y líderes de una iglesia ecuménica que no tiene que ver con la iglesia española