MLFA
Congreso de los Diputados donde los catalanes son abducidos por una extraña energía y reducidos al ostracismo y bufonería.
Publio Cornelio Escipión, "El Africano", considerado el mejor general romano de todos los tiempos, decía que no había que dejarse 'encerrar' en los planes del enemigo, sino salirse de ellos para desbaratarlos ensanchando el teatro de operaciones, justo allá donde se encuentra; en lenguaje coloquial: ¡Ir a buscarlos allá adonde estén! lo hizo con Aníbal en Cartago. Posteriormente el emperador Heraclio hizo lo mismo (recordando a Escipión) con los persas, a quienes derrotó en Nínive en su propio feudo. Viene a cuento mi recuerdo histórico por la errónea estrategia llevada a cabo por los catalanes en Madrit, esa sede del 'imperio' (con minúscula) español, también conocido como 'Reino de España'.
Durán y Lérida desde 'su' suite del Palace; y Tardá y Rufián de ERC son el paradigma de la abducción
Tanto los de CIU como los de ERC y algún que otro comunista del PSUC, estaban 'encandilados' desde el momento de su llegada; los colegas madrileños les tenían comido el seso (y a algunos del PSC les tenían comido el sexo, que tanto da). En la capital del Reino todo era 'camaradería' y reparto de papeles en el hemiciclo, una farsa bien montada y perfectamente 'engrasada'. La Generalitat enviaba a Madrit lo 'peorcito' de cada casa (léase partido político); no daban importancia al Parlamento español (no conocían a Escipión y sus estrategias de victoria). Yo viví tres años en Madrid y no logré empatizar con los madrileños, y eso que vivía en la suntuosa Moraleja; mi novia Concha era periodista y me contaba lo que ocurría en ambas sedes: Congreso y Senado. Por cierto; recordar a los lectores que los del PNV eran (como) las putas que se venden al mejor postor; siguen igual en 2021.
En el centro de Roma se encontraba la casa de Escipión, bajo las ruinas de la Basílica Julia, construida por Julio César.
No perderé el tiempo con Durán y Lérida; un tipejo que se pasó dos décadas mendigando un puesto como ministro del PP o del PSOE (le daba igual el partido); o las inclinaciones de cabeza de los diputados de 'Convergencia' al rey Juan Carlos I (el anteúltimo); tampoco con las bufonadas de Joan Tardá, que no daba abasto para atender a sus compromisos sociales con los 'enemigos' madrileños que nos robaban; qué comilonas en los mejores restaurantes y qué risotadas, Tardá no era consciente de que actuaba de 'tonto útil'. Qué decir del Rufián; este pájaro era más del 'yacer' que del 'yantar'. Termino con un recuerdo para los bobos del 'PDeCat', también abducidos por los del ¡A por ellos! en el Congreso y el Senado.
A Madrit hay que enviar a los mejores espadas, siguiendo la estrategia de Escipión