sábado, 17 de agosto de 2019

La "analepsis" es el modo de narrar en las prosas policial y judicial

MLFA 
Criminólogo e Investigador 


La 'analepsis' (los posmodernos dicen ‘flashback’) es una figura literaria muy utilizada en la prosas policiales y judiciales; como herramienta de narración es impecable, amen de necesaria, pero no son los jueces y policías – precisamente – los artífices de narraciones mínimamente didácticas. En la prosa judicial – insisto: aquí ‘prosa’ es un eufemismo – el acusado interviene precedido siempre por su propia analepsis, una ‘recuperación’ de su pasado, habitualmente ‘tergiversado’ en los informes de las partes intervinientes en el proceso penal. Conocer a alguien no significa conocer su presente, que suele ser evidente, sino conocer o creer conocer su pasado. Analepsis que el juez ignora durante el interrogatorio; su señoría se rige por impulsos de tipo ideológico; su afán no es ‘investigador’, sus frecuentes ‘flashbacks’ al móvil los delatan hoy en día. Antiguamente eran la próstata y el cigarrillo. 

Solo los extraños están vacíos de analepsis; por falta de investigación, normalmente 

El juez español – y en general el latino – es poco ‘productivo’, diría que es ‘vago por naturaleza’ (dicho sea sin ánimo de ofender a la persona); ello resulta tremendamente peligroso para el ‘justiciable’. El juez, cansado casi siempre, confía en la analepsis policial, o en los escritos de la acusación cuando no hay informe policial, y se limita a leer – en diagonal, para no cansar la vista – las consideraciones escritas, normalmente enrevesadas, de las partes litigantes; en especial las manifestadas por el acusador público o por la acusación particular; a la defensa le presta menos atención – si cabe – porque parte de prejuicios insuperables. No se asusten, queridos lectores, si me permiten la barbaridad: “El juez está analepsizado en falso”, y da por buena la investigación que le ponen sobre la mesa; considera que la investigación no le incumbe (y además, requiere de un esfuerzo ímprobo, lo recuerda de sus primeros años en la profesión, cuando ‘investigaba’ todo cuanto le ponían sobre la mesa, a veces hasta en la mesa de su cocina). Les juro por Dios que he tenido en mis manos – en aquél entonces – sus autos con manchurrones de huevo frito. ¡Ésos eran jueces de verdad! 

Aristóteles: “La Justicia consiste en tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales” 

Conocimiento responsable de las nuevas tecnologías y aceptación de la innovación en todos los órdenes.

He trabajado durante 13 años como intérprete jurado en la Administración de Justicia, eso me convertía en la ‘sombra’ del fiscal; convivido otros tantos con una magistrado; y he sido juez instructor en buques trasatlánticos, viéndome obligado a poner bajo custodia a tripulantes o pasajeros que podían suponer un peligro para la convivencia a bordo. Actualmente; estoy sometido a varios procesos penales (ocho por ahora) por presuntos delitos de ‘calumnias graves’, ‘amenazas graves’ (debe ser porque tengo pistola y eso ya es amenazante en sí mismo); e ‘injurias graves’, desde el año 2013. No imaginé que la justicia española llegara a semejante nivel de degradación. 

Recuerdo los primeros "90". Exigieron dinero – su reivindicación era justa – lo consiguieron; muchos nos alegramos por ello y, a partir de ahí, a trabajar menos que la boina de un peón caminero. Estoy siendo condenado por ‘injurias graves’, por cierto, inexistentes, según mis antiguos abogados, entre ellos uno de los mejores penalistas de Ciudad Real. Los otros delitos les llevarían a prevaricación, con pistola o sin ella. 

La farsa deviene en esperpento y he decidido no responder en ningún estrado ¿flashback? 

¡Analepsis!

Estamos utilizando la analepsis en los ensayos que les enviamos a través de los grupos de correo; sabemos a ciencia cierta que muchos de nuestros lectores son abogados o funcionarios de Justicia. También sabemos, porque nos lo cuentan de forma sibilina, que tenemos razón y –nos dicen ellos mismos – 'lo siguiente'... 

La analepsis – mal utilizada – lleva a la pérdida de ritmo durante el proceso 

PS – Conduzcan con cuidado y no peguen una colleja a su hijo adolescente; no pueden confiar en los recursos. Las Audiencias no funcionan como tribunales colegiados en la mayoría de delitos. Es el ponente, el magistrado designado, quien hará el trabajo, leyendo en diagonal, los otros dos miembros o miembras del tribunal se limitarán a firmar. Y no olviden el dicho moderno: ¡Eres más vago que un juez de lo Penal! Les recuerdo mi aseveración; no responder a nadie en el estrado, es la única forma de poner a esta Institución en la más absoluta de las evidencias; ustedes sólo responderían en calidad o condición de testigo (la multa sería de 2.500 € de no hacerlo). Como imputados o en el acto del juicio ¡chitón!

¡Si beben no conduzcan! ¿Recuerdan al genial cantante negro ciego BW?