martes, 31 de marzo de 2020

La mitad de los suecos de clase media viven en la soledad absoluta

MLFA

La noticia procede de TV3; estaban haciendo el recuento de víctimas del 'coronavirus' a nivel estadístico europeo y el técnico ha largado el estrambote de la semana: "El confinamiento en Suecia no es un problema; la mitad de los ciudadanos viven solos". Ello me ha traído a la mente la década de los "70" en España, cuando su primer ministro Olof Palme apoyaba nuestra lucha contra la dictadura franquista; al entonces rey de la 'socialdemocracia' europea lo pusimos en un pedestal.

No fuimos conscientes de que sólo un 'iluminado' se deja matar a tiros al salir del cine

Una socialdemocracia que no tenía nada de 'socialismo', que apostó por la 'multiculturalidad' y abrió las puertas a una inmigración que hoy los tiene muertos de miedo. La delincuencia ha aumentado el 1.500% entre 1975 y 2014, siendo la violación el delito más consumado; Suecia es el segundo país en número de violaciones, solo superada por un pequeño país africano de animales: Lesoto; allí las violaciones alcanzan al 91% de las mujeres, y permitimos que siga en el mapa, lo cual nos convierte - indirectamente - en cómplices. Como mínimo, podríamos enviar de mediador entre hombres y mujeres violadas a ZP.

Suecia es pionero en cuestionar la 'monogamia', que ya no mola en los países nórdicos

Los yates junto al portal de las casas; sus 'walkirias' rubias de ojos azules no 'funcionan' a partir de los 35.

Claro que la poligamia les resulta inaccesible debido a los costes económicos que conllevaría; la solución, en este momento histórico que vivimos desde el inicio del siglo XXI, pasa por elegir la opción de vivir en soledad una vez superada la fase de 'nido vacío'. La liberación de la mujer, en los países del norte de Europa, y el acceso al mundo del trabajo en condiciones de igualdad conlleva la independencia económica y obliga a los maridos a asumir roles para los que no está preparado (todavía). El índice de divorcios supera el 65% de los matrimonios, también en Alemania. El alcoholismo causa estragos en Suecia, nada que ver con nosotros.

Deberíamos aprovechar el confinamiento para reflexionar sobre la (nueva) convivencia