Sonia Moreno
Españoles atrapados y mujeres marroquíes sin trabajo, turistas españoles que finalmente lograron cruzar por la tarde, mujeres de la región norte que trabajan como empleadas del hogar en Ceuta y las temporeras de la fresa son los más afectados por la medida. A las seis de la madrugada de este viernes, todas las fronteras de Marruecos con España quedaban cerradas por mar, aire y tierra por el coronavirus. El país magrebí suspendió el jueves los vuelos procedentes y con destino a España y el tráfico marítimo de pasajeros, en coordinación con España y con el ministerio de Asuntos Exteriores. Y en menos de doce horas, los accesos terrestres a Ceuta y Melilla fueron cercados.
Carolina, estudiante de Murcia, se quedó a las puertas de Ceuta. La joven descubrió el jueves en Marrakech que cerraban la frontera mientras tomaba un té con su amiga Virginia en una terraza de la Medina.
-¿Os habéis enterado de que están cancelando todos los vuelos entre España y Marruecos?- les comentaron un padre y su hija.
-"Ni idea", contestaron las jóvenes.
Se fueron al riad -vivienda típica marroquí-, vieron las noticias, se encontraron con más turistas españoles en la misma circunstancia. Sus familias comenzaron a llamarlas. Finalmente, la compañía aérea les confirmó que su vuelo había sido cancelado. Las opciones que barajaron en ese momento eran "hacer escala" o "viajar a Ceuta". Así que reservaron plaza en el ferry que atraviesa el Estrecho para llegar de la ciudad autónoma a Algeciras.
Tras recorrer 640 kilómetros, de Marrakech a Ceuta, descargaron los macutos, entraron corriendo a la frontera, pero las fuerzas auxiliares y la policía nacional les impidieron el paso. Habían pasado cinco minutos de las seis de la mañana.
La solución que barajaron fue salir a Francia o Portugal, y allí alquilar un coche y llegar a España. Mientras, las familias no paraban de enviarles mensajes de preocupación.
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No solo se quedaron a las puertas turistas, también trabajadores. Miloud es un ciudadano marroquí con documentación española que trabaja en Villareal (Castellón). Había viajado a Marruecos para visitar a su madre enferma en el hospital de Casablanca. "La policía no está dejando a la gente pasar cuando no sabe quién tiene familia dentro", lamentaba este viernes. "No sabemos cómo lo vamos a hacer", confesaba junto a un compañero.
Prisas por abandonar el país vecino
Durante la madrugada, el desfile en el paso fronterizo de Tarajal, entre Castillejos a Ceuta, fue continuo. Se registró un goteo de mochileros y de turistas españoles que abandonaban el país vecino. Antonio, que estaba pasando unos días de trabajo en Tánger, atravesó la frontera pasadas las tres de la madrugada. Tardó cuatro horas en llegar a Algeciras. El barco iba medio vacío y presenció "algunas escenas de nerviosismo, broncas con las prisas de la cola", explicaba a su llegada.
También cruzaron en las últimas horas familias de marroquíes nacionalizados. Todos se quejaban de la falta de información. Las vallas, custodiadas por la policía nacional y las fuerzas de seguridad, cerraron el paso a los coches. Pasados unos minutos de la hora del cierre, impidieron la salida de una pareja mayor de origen francés que viajaba en autocaravana.
Lo mismo le ocurrió a un grupo de cuatro jóvenes de Valencia y Murcia, pero encontraron una alternativa a su viaje de vuelta: viajar en taxi a Rabat y coger un avión a París.
Las mujeres marroquíes que trabajan en Ceuta
A pie de frontera se quedaron también las mujeres marroquíes que cada día cruzan a Ceuta para trabajar en los hogares españoles y que carecían igualmente de información. Todavía no había amanecido, cuando emprendieron la vuelta hacía el centro de Castillejos.
En esa caminata de varios kilómetros, la marroquí Rabia explica en español a eldiario.es que lleva 22 años trabajando con familias ceutíes en las que gana alrededor de 25 euros por día. Escuchó hablar del cierre de la frontera en la tele, cuenta, pero pensó que "solo afectaría al avión y al barco". La mujer de 48 años, procedente de Tetuán, lamentaba: "Con la frontera cerrada, no hay dinero".
Colas, reclamaciones y poca información en España
Del otro lado de la frontera, en Algeciras y Tarifa, se quedaron tirados decenas de europeos expatriados en Marruecos, turistas y trabajadores.
Garvier, agente inmobiliario francés residente en Tánger, viajó el jueves por la mañana a Algeciras para una cita, pero a su regreso se encontró que la compañía había suspendido los billetes por orden de las autoridades marroquíes debido al coronavirus.
En la taquilla, guardaba indignado la fila de reclamaciones. "Si había riesgo de que se cerraran las fronteras tendrían que haber avisado. Estamos bloqueados, tengo a mi familia, una hija pequeña en Tánger. Si no puedo ir a casa hoy es una catástrofe", criticaba.
Afectados el turismo y el sector de la fresa
Con esta medida preventiva, varios sectores económicos quedan afectados. España es el segundo mercado emisor de turistas a Marruecos tras el francés, con más de 800.000 viajeros anuales. Además, en el país hay 12.000 españoles registrados en los consulados.
También afecta directamente a la campaña de temporeras de los frutos rojos con contrato en origen. Hasta el momento, estaba previsto que alrededor de 19.000 mujeres seleccionadas en 2019 se desplazasen en estos meses a Andalucía para trabajar en el campo.
"Tenemos un grave problema porque a día de hoy hay un 35% de trabajadoras contratadas en origen. Será un caos para todo el sector de fresas en la provincia de Huelva", ha lamentado Antonio Luis Martín 'Curi', empresario de Cartaya (Huelva).
De esta manera, autoridades de ambos países están estudiando una nueva fórmula para continuar con los planes previstos y que las personas contratadas puedan viajar a Andalucía esta primavera. Lo mismo han hecho con los turistas, a quienes en la tarde del viernes, les han permitido salir excepcionalmente a España, según información de la Embajada de España en Rabat.
El país ha suspendido también los cruceros, ferris y barcos de pasajeros de cualquier procedencia. En los puertos solo admitirán barcos mercantes. Por el momento, siguen abiertas líneas aéreas con otras ciudades europeas, aunque las fronteras ya se han suspendido los vuelos con destino y origen a Francia y Argelia, país donde hay 26 infectados y dos víctimas mortales.
Marruecos está en la primera fase de la propagación del Coronavirus con siete casos procedentes del extranjero. El Ministerio de Sanidad confirmó el viernes el último infectado, un ciudadano de 39 años que llegó a Casablanca procedente de España. Otra persona permanece en cuarentena en el hospital de Tetuán tras detectarle fiebre y síntomas estomacales, después de volver de un partido de fútbol en Madrid.