MLFA
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Vertedero de Zaldívar; muertos enterrados en la basura, 4.000 toneladas de amianto vertidas, catástrofe! |
Se va poco a poco… pero se va; ha tocado techo: ¡toca repartir poder!
A lo largo de la mal llamada ‘Transición del 78’ un ‘mantra’ diabólico sobrevolaba la política española; si quieren ustedes lo llamamos ‘topicazo’, que resulta más coloquial; era aquel que mantenía que; “los vascos trabajan mejor que el resto de españoles, por eso les va mucho mejor: menos desempleo, mayor productividad y mejores salarios, lo que redunda en mayor renta per cápita”; es una falacia de dimensiones siderales. No son los vascos; se trata del sistema y este tiene bases muy sólidas, la primera de ellas hace referencia a la industrialización promovida por los ingleses en Vascongadas a principios del siglo XX. Gran Bretaña sufría un verdadero caos social y económico promovido por los sindicatos del carbón y los del metal, conscientes de las penosas condiciones laborales, así como de la hambruna y las enfermedades que asolaban las islas británicas, ante lo cual, y, aleccionados por los partidos y movimientos comunistas, el duro y violento ‘labour party’ de aquella época, los trabajadores pusieron en jaque a la clase dirigente conservadora que se vio obligada a ‘externalizar’ su producción hacia otros países. El país vasco fue el elegido por su situación geográfica; sólo separados por el Golfo de Vizcaya y el Mar del Norte. Disponían de una gran flota mercante para atender ese tráfico que les beneficiaba; también a España, en mayor medida, como es obvio. Euskadi era la locomotora industrial, el PNV no estaba, eso sí, se le esperaba, con cierta incertidumbre. En 2020 sabemos que la montaña parió un ratón, con txistu, eso también. El PNV no es garantía de progreso; lo ha sido el enorme caudal dinerario del que han dispuesto. Gracias al Concierto Económico que le permite recaudar y gestionar (a su gusto) todos los impuestos.
Los hijos de la GB financiaron acerías en Euskadi y minería del carbón y del hierro en Asturias