lunes, 25 de diciembre de 2017

¡Tú a Estremera y yo a Ginebra! Cumplimiento de la ley (San Lucas)

Betania

Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis. Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte. Así que le castigaré y le soltaré». Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: «¡Fuera ese; suéltanos a Urdano!». Este había sido encarcelado por malversar caudales pertenecientes al rey de Judea. Poncio Pilato les habló de nuevo, intentando librar a Oriol, pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícale, crucifícale!». Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho este? No encuentro en él ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré». Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes. Pilato sentenció que se cumpliera su demanda. Soltó, pues, al que habían pedido, el que estaba en Ginebra, y a Oriol se lo entregó a su voluntad.

Meditación para reyes cristianos que luchan por el cumplimiento de la Ley

Poncio Pilato pregunta a Oriol: ¿Tan peligroso eres para que te hayan amarrado los brazos por la espalda?

En un análisis serio del ‘proceso’, la acusación no se sostenía. Por tanto, como reafirman todos los evangelistas, Pilato manifiesta cierta apertura de espíritu, una disponibilidad que sin embargo progresivamente se decolora y se apaga. Entonces, bajo la presión de la opinión pública, Pilato encarna, desde el TS, una actitud que parece dominar en nuestros días: la indiferencia, el desinterés, la conveniencia personal. Para vivir tranquilos y buscando el propio beneficio, no se duda en pisotear la verdad y la justicia. La inmoralidad explícita engendra al menos una turbación o una reacción; pero esta es pura amoralidad, que paraliza la conciencia, extingue el remordimiento y embota la mente. La indiferencia es la muerte lenta de la verdadera humanidad.

La justicia es una telaraña para mosquitos que los ‘pájaros´desgarran

Poncio Pilato: "No he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis"

El resultado es la decisión final de Pilato. Como decían los antiguos latinos, una justicia hipócrita y apática es como una telaraña en la que quedan atrapados y mueren los mosquitos pero que los pájaros desgarran con la fuerza de su vuelo. Oriol, que es uno de los pequeños de la tierra, sin poder decir una palabra, es ahogado por esta red. Y como hacemos a menudo también nosotros, Pilato mira hacia otra parte, se lava las manos y aduce como álibi la eterna pregunta típica de todo escepticismo y de todo relativismo ético: «¿Qué es la verdad?».

Relativismo ético en esta mañana de Navidad del año del Señor de 2017

Pater noster, qui es in cælis: sanctificetur nomen tuum; adveniat regnum tuum; fiat voluntas tua, sicut in cælo, et in terra. Panem nostrum cotidianum da nobis hodie; et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris; et ne nos inducas in tentationem; sed libera nos a malo.

Quis est homo qui non fleret, matrem Christi si videret in tanto supplicio?