martes, 5 de junio de 2018

Pepe Borrell, alias Zotal, y el espejismo del Madrid de los años “80”

MLFA 
La Moraleja 
Vetusto y provecto, Pepe Borrell quiere 'desinfectar' Catalunya desde el Ministerio de Asuntos Españoles.

Al inicio de la Transición española, pilotada por elementos como Felipe González, andaluz de pura cepa, y Joaquín Almunia, vasco desasnado en la Universidad de Deusto, entre otros muchos jóvenes políticos de provincias, y bajo los auspicios del 'viejo profesor' (aquel alcalde de Madrid que se fue al Cielo en coche de caballos), se produjo un efecto llamada, claro espejismo, que afectó, especialmente, a catalanes que aspiraban a hacer carrera en la capital del Reino; hombres decididos y engañados por las luces de bohemia del ‘poblachón’ manchego, sede de la realeza borbónica y, por ende, ciudad a futuro y de futuro, sobre la que vendría en desarrollarse la España de la modernidad. Todos recordamos, por ejemplo, a Juan Manuel Serrat, avergonzado, por aquel entonces, de su magra ‘catalanidad’ y que, metidos en los “90”, mutaría en ‘Joan Manel’, el ‘noi’ del Poble Sec; al igual que Pepe Borrell lo haría con el ‘Josep’, convirtiéndose en el ‘noi’ de la Pobla de Segur. Felipe recibía la atención de un logopeda para extirparse el ‘ceceo’ andaluz que tantos votos le había dado en 1982. Ya en la vejez ha vuelto por sus fueros, me refiero a los lingüísticos, claro; aunque con incrustaciones mexicanas que convierten la parla de González en una simple jerigonza para allegados, que cada vez son menos. 

Hoy nos centramos en ¡llámame Pepe! Borrell, nada flamante canciller de España 

Por aquel entonces yo vivía en Madrid (lo soporté durante tres años), concretamente en La Moraleja, a las afueras; barrio-urbanización que ya apuntaba maneras, mis tareas como delegado de ‘ITF’ (Sindicato del Transporte Europeo) y presidente del Comité Intercentros de Trasmediterránea (flota de 40 buques y 3.000 tripulantes) me llevaron a conocer a este personaje que ha renacido de sus cenizas (con sed de venganza) a base de ‘palmear’ la espalda de un ‘parvenu’ como Pedro Sánchez, el político de cartón piedra, dientes blanqueados, y mentiras compulsivas; el hombre-anuncio con pantalones ‘pitillo’, huero de conocimientos, que nos ha servido de cuña, más bien ‘palanca’, para mandar al averno a M. Rajoy y sus cuarenta ladrones (son bastantes más, claro). 

No se concibe a Pedro Sánchez sin teleprompter, enmudecería como el rey 

Sánchez: sin la maquinita del 'teleprompter' no es nadie. Sánchez es un remedo de presidente 'sudaca'.

Pepe (Josep) Borrell nunca superó el traspiés que supuso su dimisión como Secretario General del PSOE (estuvo varias semanas en el cargo) por mor de sus amistades peligrosas; aquellos colaboradores suyos, Inspectores de Hacienda, corrompidos hasta la médula. Borrell fue víctima de ‘fuego amigo’ por haber ganado la Secretaría a 'sosoman Almunia', favorito de Felipe González por ser vasco. Al presidente le hubiera gustado ser vasco o catalán; mira por donde quedó en mexicano millonario. 

Cuando Pepe vivió el colapso de Pedro Sánchez, propiciado por neofalangistas como el de Zaragoza, el paje de Bono o la Sultana, se puso de acuerdo con la parienta para aupar a Pedro, al que resucitaron; aunque cometieron el error de no ‘lancear’ a los facciosos, algo que terminarán pagando caro, muy caro, ya lo verán. Hoy sólo se puede ser socialista en el SW español, y tampoco está muy claro; mi peluquera de Marbella, Rosi, votará a ‘Ciudadanos’, igual que harán su familia y amigos. Para celebrar la caída de Rajoy se ha puesto tetas, como una concejala de Manzanares de la que le hablé, pero no votará a Sánchez. Esta concejala fue anfitriona de Pepe Borrell en Manzanares.

Pepe, Joan Manel y compañía no fueron bien recibidos a su vuelta 

Mientras esa caterva de oportunistas bebía los vientos por el Madrid ‘modernizado’, Euskadi y Catalunya emprendían vuelo de águila y convertían sus países en modelos de modernidad y europeismo, dejando colgados de la brocha a aquellos ‘emigrantes’ que ya no son españoles ni catalanes; son como Felipe, desclasados y apátridas, aunque les hayan recuperado TV3 (al noi del Poble Sec) y el ministerio de AAEE (al noi de la Pobla de Segur). 

Quim Monzó, aquejado de 'Giles la Tourette', Premio de las Letras Catalanas, afeó al 'desinfectante' Borrell.

Catalunya y Euskadi son paradigmas de desarrollo económico y progreso social, además de emporios culturales; el consejero de Sanidad vasco fue reclamado por Obama para que asesorase al presidente sobre el modelo adecuado de Sanidad que convenía a EEUU. Los empresarios catalanes revolucionan el mundo de las nuevas tecnologías, y la cultura catalana es respetada y admirada en todo el mundo.

Ambos pueblos sueñan con independizarse de España, a la que consideran una rémora; aspiran, en el peor de los supuestos, a una confederación de Estados y proclaman su identidad a los cuatro vientos. A este banquete de gloria nacional no están invitados los 'nois' que, como Pepe Borrell y Serrat, emigraron ayer, y hoy abjuran de Catalunya; algo que nos recuerda a la zorra y las uvas imposibles. Resulta preocupante que estos socialistas (como Borrell y Page) que tienen que repartir la riqueza que genera Catalunya entre las demás CCAA, se limiten a morder la mano de quien les da de comer, claro que en CLM 'perro' es un insulto, por algo será.

El más afectado por esta grave crisis es el televisivo García Margallo ¡pobre!