MLFA
Fotografía de Revista R@mbla |
Y sigue estándolo; le da igual carne que pescado, no sabe comparar
sabores, tampoco le interesa. Servidor advirtió hace mucho tiempo que alguien
que se desnuda en las Ramblas (lo diré en charnego): “o es tonto o la
mama de canto”.
Efectivamente; más bien ‘la mama de canto’, que quiere decir que le
vale todo, siempre que le beneficie; Albert, como Pedro, son productos de
marketing político, con la diferencia de que el primero es catalán, y en su
tierra el marketing es de mejor calidad que en la meseta.
A estas alturas ya le hemos visto sus vergüenzas, a fin de cuentas fue
lo primero que nos ofreció; es el típico hispano que confunde la sinceridad con
el descaro, muy en la línea de Esperanza Aguirre. Acaba de declarar que si lo
de Pedro Sánchez no marcha bien, lo intentará con Mariano Rajoy; o con María
Santísima, si se tercia. Rivera trata de ser el protagonista de una nueva
transición que, procediendo de Cataluña, no mola en España.
¿Por qué se tapó el ‘mandao’ con las manos? ¿No daba la talla?