martes, 12 de septiembre de 2017

El exceso y la divagación mediáticos nueva forma de "desinformar"

MLFA
Julian Assange, fundador de WikiLeaks, refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres.

Los principales digitales han optado por volcar en pantallas cuadriculadas grandes cantidades de información, trufada de opinión huera de contenido; lo de la ‘cuadrícula’ es importante ya que permite expandir la publicidad a modo de máquina ‘sopladora’, de esas que se utilizan para esparcir hojarasca otoñal, que no otra cosa es la publicidad digital. Somos conscientes de que el ‘mensaje’ que tratan de transmitir los medios, directa o subliminalmente, es la publicidad; el resto, opinión o información, no deja de ser el soporte que, como tal, no tiene porqué ser de calidad. La información la reparten las agencias y el propio ‘poder’, y la opinión resulta vacua en la mayoría de casos. Periodistas de facultad, cuya formación resulta ser ínfima, evacuan sus deposiciones en pantalla con arreglo a un guión político preestablecido por los responsables del medio de comunicación. ‘Amagar sin llegar a pegar’ es el eslogan (hoy diríamos ‘cabecera’) de los digitales actuales. Gran parte de la ciudadanía, ignorante por demás, cree y confía en la 'publi' y rechaza contenidos políticos y sociales. Algo está fallando en esta sociedad pacata y falta de cultura. ¡España va mal!

Si alguien como Julián Assange canta las verdades del barquero le echamos encima un peso pesado como Arturo Pérez Reverte, cuya capacidad de insulto y descalificación es acorde con su histrionismo narcisista (vulgo pataletas). En resumen; la ciudadanía lectora (la otra nutre las filas del batallón de ignorantes) ha optado por dedicar escasos 15 segundos a recorrer con saltos de bailarina las ventanas que se le ofrecen cada 12 horas sin llegar a abrirlas del todo. La situación es tan preocupante que algunos directores llegan a contarnos milongas del tipo: “La media de retribución salarial de nuestra plantilla alcanza los 36.000 ”, siendo así que no llega a los 14.000 €. Directores que, curiosamente, pasan el día en platós televisivos de donde se lo llevan crudo, lo que les permite percibir aquellos 36.000 € de más arriba, pero a ellos solos.

Directores de medios digitales que han quedado retratados (como el culo) con motivo de sus ataques, sin sentido y muy poco meditados, al penoso desarrollo del conflicto catalán, consiguiendo el efecto contrario; hoy hay más independentistas que ayer y menos que mañana. Está claro que tocaba 'devolver' el favor (por los suculentos contratos como tertulianos de las TV).

El más tonto de ellos cobra 600.000 € al año, o quizás es el más listo… y su diario es de papel