Manuel Puerto Ducet
Siempre resulta ingrato referirse a cuestiones de carácter político y religioso especialmente cuando no constituyen el tema fundamental del debate ya que suelen manifestarse polémicas y odiosas para quienes se sienten aludidos, pero a medida que fui entrando en materia, me di cuenta que por lo que respecta al caso español, resulta imposible orillar estas dos variables al abordar la actuación de nuestra oligarquía económica y financiera, si es que pretendemos obtener una adecuada respuesta. Un régimen de partidos de perfil endogámico consensuado con los miembros más irreductibles del franquismo, tenía que dejar a la fuerza huella. Diputados sujetos a una férrea disciplina de partido, que conforman las listas electorales en función exclusiva de su servidumbre al aparato. Una organización jerárquica que si la despojamos del barniz democrático, no desmerece en absoluto de un Soviet Supremo. Congresistas y senadores no son en este País, individualmente responsables de sus actos políticos.