domingo, 24 de noviembre de 2024

Hoy celebramos el 54 aniversario del matrimonio de nuestro editor

MLFA- Un matrimonio canónico (Bilbao) y dos civiles (Zaragoza y Algeciras); de 16/9/7 años de duración, con alguna interrupción temporal y reencuentros.

Iglesia de Santa María del Mar de Valencia; 25 de Noviembre de 1970. Lo celebramos hoy,  domingo 24, por los viajes de los invitados de Bilbao y Barcelona.

El matrimonio "castra" al hombre y lo despoja de su personalidad; es el principal elemento de "control social"

Tras un período, demasiado breve (3/4 años), de "pasión sexual", las más de las veces fingida por parte de la hembra, salvo muy contadas excepciones, y cumplido su deseo de crear una familia, tal y como la sociedad exige; aparece el llamado "débito conyugal", cuya frecuencia dependerá de factores diversos, y alcanza una edad comprendida entre los 35 y los 40 años del varón. A partir de ahí desaparece la "admiración", si es que la hubo, y aparece la figura del "varón domado", la práctica sexual desaparece, salvo excepciones, como éxitos sociales o profesionales. A los 60/65 el varón se convertirá en un "abuelo esclavo", y su coche y su televisor serán los más antiguos de la casa familiar. En las clases sociales bajas, el varón pasa a ser un "don nadie", sin opinión sobre ningún tema; cuando sobreviene la vulnerabilidad lo trasladan al cuarto oscuro (en la Residencia o en el Asilo le "decomisan" la pensión). Y resulta obvio que la "monogamia" y la "familia" desaparecerán, tal y como las conocemos hoy en día. Igual que lo hará la propia Iglesia Católica y sus miles de sacerdotes y de frailes pederastas. Dicho en ladino: ¡Vivirás hasta los 75/80 años, fornicarás legalmente durante 3 años... y algún premio! ¡Vaya putada! Claro que tu mismo párroco te recordará que puedes hacer uso de "las mujeres malas que fuman", como se decía antaño, y de la masturbación, como hace él mismo, me refiero al párroco. Conozco capitanes, verdaderos lobos de mar, poniendo lavadoras y pasando la aspiradora sin cable, porque lo de la "chacha" ya no se lleva, y porque la "interina" solo acudirá dos días por semana... y a la mujer "le duele la espalda", como a casi todas las mujeres de nuestra generación. Del Atlántico Norte (con temporales fuerza 10) a aspirar la puta moqueta que pusieron en 1976). ¿Y la pasta que con tanto esfuerzo y con grave riesgo ganaron? Lo que yo digo: ¡Que se jodan! El manido "dolor de espalda" sirve para todo: Para rechazar el débito conyugal, para no pasar la aspiradora, para no empujar el carro del Eroski, y hasta para no echar gasolina al coche, mucho menos para revisar la presión de los neumáticos; y si le añades el "fuerte dolor de cabeza", matutino y/o vespertino, estás jodido. ¿Misoginia?... ¡Qué cojones, es la puta realidad! Mis coetáneos han vivido sojuzgados por un "matriarcado" sibilino y retorcido. Somos una minoría los "supervivientes" de la ópera bufa de la familia cristiana y del falso "cariño". Las mujeres saben manejar los tiempos, la hipocresía y la mentira. Yo me imagino, a veces, casado con mi primera mujer, estos 54 años, y pediría la eutanasia (de hecho la tengo pre-solicitada), y quiero declarar, bajo juramento ante mis padres y hermanos fallecidos, que la madre de mis hijas es una persona excelente, formada al máximo nivel, y muy culta, a la que nunca le dolió la espalda. El problema no radica en las personas sino en el sistema. Ella preside mi pabellón, y está protegida por la Menorah. Yo he sido promiscuo y pródigo. Y toda mi vida ha sido dichosa y muy intensa e interesante, por una razón; haber sido libre como un águila. Hoy, a mi edad, 77 años, la salud puede resquebrajarse, es ley de vida, pero es que me conformo con haber llegado a esta edad, nunca creí que lo conseguiría. De las otras dos mujeres hablaremos otro día, me llevo muy bien con las dos y no tuvimos hijos.

¡No a la monogamia! porque provoca 'odios cordiales' de por vida... ¡Hagan como yo!
(Resulta muy caro; pero es mejor gastar el patrimonio en vida, no sean idiotas, porfa)


La madre de mis dos hijas y abuela de mis siete nietos. Estará presente en mi corazón en la fiesta, como la Ikurriña.

Este a modo de comentario mordaz no va a recibir comentarios en contra; estoy convencido de ello