MLFA
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Manifestación contra la privatización de Altagracia, (Foto 'Lanza Digital') |
En Junio de 2015, perdidas de forma estrepitosa las elecciones municipales, hubo gente seria en el seno del partido popular que pensó en aquello de: “No hay mal que por bien no venga”, o lo que es lo mismo, que lo malo trae también lo bueno consigo. Y lo hicieron al constatar, por ellos mismos, que era cierto lo que se decía de Antonio López de la Manzanara: Que no era un político en el sentido de servidor público; si ya estaban ‘mosqueados’ con las operaciones inmobiliarias de Casa Josito y Fábrica de Harinas, el verle salir corriendo ‘campo a través’ después de la derrota, y su negativa a entregar el bastón de mando al nuevo alcalde, hizo crujir las cuadernas de la nave del centro derecha manzanareño. Y es que bajarse de un ‘mercedes’ (hoy) no significa nada; de hecho los propietarios más recientes de los automóviles de esa marca, han fracasado o desaparecido del mapa de la ‘estrella’ de Benz, en Manzanares, estrellados, claro.
Resumiendo, políticamente, este agente inmobiliario, era un bluff (que diría Rajoy)