Con 10 tripulantes a bordo, un patrón experto en las procelosas aguas del Cantábrico, y la mar en calma, el pesquero se fue a pique en muy poco tiempo. El patrón conoce la causa; sólo se me ocurre pensar que algún tripulante tuvo problemas con alguna de las válvulas, a falta de conocer los resultados de la investigación. La inundación fue demasiado rápida. El pecio se encuentra a 120 metros de profundidad.
7 supervivientes, 2 fallecidos y 1 desaparecido es el trágico balance final: ¡Rezamos por ellos!