MLFA - Dueño de los pastores alemanes "Vicka" y "Klippe" entre los años 1970 y 1992.
Llama la atención el aumento de mascotas en España y la velocidad a la que se ha producido el fenómeno de compartir nuestras vidas con animales de diferentes razas. Cierto es que los españoles resultan ser 'excesivos' en todo, amen de gregarios y escasos de criterio personal, sobre todo en las capas sociales bajas, incluso en las capas medias de la sociedad. Aunque, en el caso de las mascotas, existen razones más profundas que la simple 'moda' de turno, que trataré de desgranar en este suelto. El Gobierno decide qué perro tenemos que comprar, en una 'Perrera' pública o privada, teniendo en cuenta nuestra edad (*) y otras circunstancias personales; y el precio a pagar a los de la perrera, así como la filiación del heredero que se haría cargo de la mascota tras nuestro fallecimiento. Ione Belarra propuso, según se rumorea, exigir los antecedentes penales a los solicitantes de mascotas.
(*) - Este gobierno nos quitará el perro a los viejos; también nos quitará el carnet de conducir, aunque los jóvenes provoquen la mayoría de accidentes graves, y nos dirá lo que tenemos que comer y beber, y a qué horas, además de prohibirnos pisar cucarachas. El PSOE sabe poco de libertades y los de 'Podemos' son 'liberticidas' con denominación de origen calificada. Miedo me da que le sobrevenga un 'ictus' al Pere Navarro de la DGT; todo el día pensando en cómo joder a los conductores, y ahora, tras la nueva ley de bienestar animal, diseñando cinturones de seguridad para gatos, y organizando períodos de conducción que concilien las necesidades de micción de las mascotas en sus viajes.
El corte de pelo a lo indio Arapahoe; los peligrosos pantalones 'pitillo'; americana y deportivas: ¡Todos a una!
La sociedad actual es 'individualista' y fuertemente 'competitiva'; ello dificulta mucho las manifestaciones y retribuciones de cariño (incluido el sexo) entre las personas; que empiezan a ver la vida en comunión como una carga difícil de portar. Se suceden las fricciones respecto de los nuevos roles de la pareja, tras la incorporación de la mujer al mundo laboral. El macho hispano tira de aspiradora los fines de semana pero es incapaz de limpiar el filtro de la misma. Algunos hasta llegan a cargar el friegaplatos, vaciarlo es competencia de la parienta. Orinar sentado; no conozco mayor humillación, pero sí conozco muchos tíos que lo aceptan, solo por no discutir con ella. No beber a morro de la botella de agua, aunque el alcalde lo haga en los plenos municipales, y no hablar con la boca llena; lo que me lleva al 'sexo oral', práctica prohibida con nuestras (primeras) esposas. Las segundas y terceras han aprendido la lección y aceptan y practican ellas mismas las 'fellatio' (vulgo 'mamadas'), al menos durante el primer año.
¿Para qué quiero vivir en familia con los problemas que conlleva la conciliación y el tiempo que nos exige?
En el terreno erótico-sexual la mujer ha pasado de 'agradecer' que el hombre la desvistiera lentamente, copa de vino en la mesilla y cigarrillos humeantes en el cenicero, a introducirse desnuda en el lecho conyugal y apremiar al marido a que se 'desahogue' lo antes posible. Del rechazo al preservativo, antaño algo propio de nuestras parejas, se ha pasado al uso del mismo; es cierto que por diferentes razones: negativa al embarazo, protección contra enfermedades de transmisión sexual, y - no menos importante - el no tener que dejar el catre para lavarse el coño tras el coito por penetración (hay prisa por aprovechar al máximo las escasas horas de sueño y pereza para pasar por el bidet).
La mujer española, en general, presenta serias dificultades para alcanzar el orgasmo en plenitud
Ello hace que pierda el interés por el sexo a una edad muy temprana; satisfecha su normal aspiración a la maternidad, deja de 'interesarse' por el sexo, como les digo. En el caso de mi primera mujer le ocurrió a los 32 años, tras dos maternidades maravillosas, no exagero ni un ápice. Ello significa que te quedan por delante 40 años en los cuales el 'sexo conyugal' será escaso, por no decir inexistente; se convertirá en 'débito conyugal', más o menos (poco) frecuente, y/o fingido, en función de la calidad de vida social y económica de la pareja.
Sexo poco o nada frecuente si los ingresos salariales de la pareja resultan ser de parecido nivel
Qué decir de la 'comunicación'; la ausencia de cultura y de información veraz, el poco o nulo interés por la lectura, y la ausencia de 'admiración' entre los miembros de la unidad familiar (con millones de españolas en la 'telebasura' y millones de españolitos en el 'fútbol'), hace que ambos, en particular las mujeres, se 'desinteresen' de las prácticas de sexo como manifestación máxima del amor.
No acaricio a mi marido en el sofá porque corro el riesgo de que quiera 'metérmela' a bote pronto
Las mascotas nos regalan 'cariño' a raudales y no nos piden nada a cambio; las mascotas nos hacen 'compañía' y llegan a conocer nuestro estado de ánimo, algo que hace años dejó de preocupar a los miembros de la pareja convencional. Eso sí; en la vejez se necesitan, si llegan a esa fase de la vida, salvo que uno de los miembros resulte incapacitado; ahí vuelven a aparecer cuestiones de orden económico. ¿Lo soportamos en casa? ¿Lo ingresamos en una residencia? Todos recordarán a la socialité que mantuvo en casa (en habitación apartada, sin tan siquiera ir a verlo) a su marido 'vegetal', muy famoso y rico, durante varios años. Controlaba mejor la situación desde su propia casa; en una residencia podría ser visitado por miembros de su familia anterior.
La tendencia actual es a vivir en soledad a partir de una edad y ahí es donde las mascotas nos 'llenan'
El gobierno social-comunista acaba de promulgar una ley-disparate (otra más de la cuadra ministerial de 'Podemos') sobre el bienestar animal; tanto esta ley como la referente al aborto, a las agresiones sexuales, y a la familia, constituyen verdaderos despropósitos que están provocando la hégira de una parte importante de los votantes del PSOE al PP.
Estas leyes son absolutamente necesarias pero contienen errores de bulto que las hacen impracticables
De chaval acudía con mis hermanos desde Bilbao a las fiestas patronales del pueblo de la Ribera de Navarra donde nacimos los dos mayores. Allí los 'mozos' de las familias que nos acogían nos obligaban a presenciar algo que no olvidaré mientras viva (y han transcurrido 65 años); si coincidía que una perra había parido, metían la camada (7/8 cachorros) en un cesto e íbamos a la tapia de detrás de la iglesia. Allí, entre risotadas y palabrotas, 'estampaban' los cachorros, uno por uno, contra la pared utilizando sus poderosos brazos de labradores; unos hijoputas de libro aquellos tíos. Ni tan siquiera los enterraban, los tiraban en un barranco.
Entre aquellas masacres y la prohibición de exterminar ratas (de esta ley) tiene que haber un término medio
PS - Uno de estos bestias se bebió una noche de fiestas una botella de anís 'El Mono', los de su cuadrilla lo echaron en un pajar, se fueron tras quitarle el tabaco y los mixtos; a la mañana siguiente apareció muerto: ¡El Dios de los perros había hecho justicia a través del mono! El mozo se llamaba Emilio; yo le llamaba 'mataperros' (a escondidas, claro).
Anecdotario: Se llama Jordi y nos hablaba de su tercer matrimonio; ella utilizaba la TV como excusa para acostarse después de que él hubiera empezado a roncar. Tenía la costumbre de iniciar el sueño con la almohada doblada (más alta); un día que salimos de vinos y se empipó un pelín nos confesó que la parienta (la tercera) no colocaba la almohada en la posición correcta, (estirada, no doblada), al acostarse, por miedo a despertarlo y añadió: ¡Por miedo a que se la metiera! Reconozco que el rosado frio se me fue por mal lado y estuve tosiendo diez minutos.
El 'varón domado' se rebela contra el exceso feminista y se divorcia a una edad mediana, con 'nido vacío'
(El aumento de mascotas será directamente proporcional al rechazo de la vida en pareja en España y la UE)