El Economista
13/01/2022
Buque portacontenedores "Maerks Mc Kinelly Möller", 400 metros de eslora, capacidad: 19.000 contenedores TEUS (20 pies = 6,1 metros).
Todo hacía indicar que tras un final de año 2021 complejo para los puertos y las cadenas de suministro en general, este nuevo año iba a traer algo de calma para estas infraestructuras y las empresas exportadoras e importadores. Sin embargo, en cuestión de semanas la situación ha dado un giro de 180 grados. La irrupción de ómicron y su elevada tasa de contagios amenaza dejar los problemas de 2021 en una broma. Los primeros síntomas ya se están empezando a notar tanto a nivel local (escasez de productos básicos) como global.
Analistas independientes, gigantes del transporte marítimo, el Banco Central Europeo esta misma mañana... son varios e importantes las instituciones que están lanzando un aviso claro: ómicron tiene la capacidad de poner todo el comercio internacional (también interno) 'patas arriba', generando problemas de suministro en medio mundo.
Una de las voces autorizadas dentro de la logística y particularmente en el transporte marítimo es la naviera Maersk, la segunda más grande del mundo. Desde la firma danesa han advertido de que la congestión de puertos y terminales seguirá provocando retrasos en las cadenas de suministro, además varios puertos importantes se enfrentan a unas condiciones "particularmente desafiantes".
Se rompen todas las previsiones optimistas de finales de 2021
"Desafortunadamente, 2022 no comenzó como esperábamos", aseguraba la compañía en un aviso a un cliente. "La pandemia sigue siendo fuerte y, lamentablemente, estamos viendo nuevos brotes que afectan a nuestra capacidad para mover la carga. Los problemas siguen siendo importantes ya que los puertos clave en regiones clave están viendo nuevos picos de coronavirus".
Un buen ejemplo son las primeras congestiones que se están produciendo en China en uno de sus puertos más importantes. Los barcos intentan evitar los retrasos provocados por el covid en China se dirigen directamente a Shanghái, lo que está causando una creciente congestión en el puerto de contenedores más grande del mundo.
Las empresas navieras están haciendo este cambio de ruta para evitar las demoras en la cercana Ningbo, que suspendió algunos servicios de camiones cerca de ese puerto después de un brote de covid-19, según expertos y transportistas. Los barcos también se están desviando a Xiamen en el sur, según muestran los datos de envío de Bloomberg.
Europa también sufre las consecuencias
En Europa, la densidad de ocupación de las vías y los canales de transporte que sacan la carga de los puertos sigue siendo muy elevada, con tiempos de espera más largos, lo que a su vez genera retrasos para las empresas que esperan la mercancía y congestionan los puertos.
La terminal del Mar del Norte de Bremerhaven tenía una densidad de ocupación del 130%, y el Eurogate de Hamburgo y el Maasvlakte II de Maersk también informaron una densidad superior al 100%.
La mayoría de los puertos de la zona norte de Europa están informando de importantes retrasos en las escalas de embarcaciones, que llegan a ser de hasta cuatro días. Mientras que en Reino Unido, sin embargo, Maersk asegura que los retrasos llegan a ser de hasta 10 días.
El último boletín del Banco Central Europeo también lanza un aviso importante: la incertidumbre para 2022 sigue siendo muy elevada. "La información disponible basada en encuestas que resume las opiniones del sector empresarial sugiere que se espera que la situación siga siendo difícil durante la mayor parte, si no todo, de 2022".
Desde el BCE creen que ómicron tiene la capacidad de lastrar la recuperación global a través de la oferta, es decir, generando nuevas limitaciones en la producción. Los consumidores pueden estar dispuestos a gastar, pero al otro lado del mostrador podrían no encontrar lo buscan o carecer de la ayuda del personal de los comercios ante la oleada de bajas que se están produciendo con esta nueva variante del covid.
"Nuevas interrupciones" al inicio de 2022
"De cara al futuro, no se pueden descartar los riesgos de nuevas interrupciones del lado de la oferta, especialmente si la situación de la pandemia se intensifica. La nueva variante de ómicron ha reavivado las preocupaciones sobre una intensificación de la pandemia a escala mundial. Los brotes pueden resultar en cierres localizados en puertos o empresas, lo que induciría más interrupciones en la producción y el envío y, por lo tanto, actuaría como un lastre para la actividad y ejercería presiones alcistas sobre los precios", avisan desde el BCE.
No solo el propio virus y su impacto en las bajas laborales, también las nuevas medidas de contención para limitar su propagación (por ejemplo, restricciones a la movilidad y vuelos internacionales), así como las limitaciones voluntarias, pueden desencadenar nuevamente un cambio en la demanda de los consumidores de servicios hacia los bienes, lo que exacerbaría los cuellos de botella en la oferta.
Sin embargo, otra opción o escenario que baraja el BCE, también negativa para la economía, es que ómicron reduzca el ímpetu de los consumidores (una menor confianza): "Si la demanda general de los consumidores disminuye como respuesta, podría haber una cierta relajación en las restricciones de la oferta global que, parece ser principalmente el resultado de una fuerte demanda".