Sabba - Marbella
Este es el primero de los 9 'casos' que afectan a otros tantos abogados que les escandalizarán en la piscina
Muchos profesionales liberales, incluidos jueces, residen en Madrid y trabajan en ciudades como Ciudad Real, que tienen estación de AVE; para algunos abogados avispados es más fácil abordar a su señoría en el vagón del AVE que en el juzgado o en la propia ciudad donde trabajan ambos. Tras el saludo de rigor, surgen otros temas, por ejemplo: ¡Por cierto, letrado! En la familia tenemos un problema con la herencia de los padres, me gustaría que echara un vistazo a la documentación que nos ha presentado el albacea, siempre que no le robemos mucho tiempo, claro. Los lectores ya se imaginan la respuesta del 'letrado', y sin mucho esfuerzo 'neuronal', también se imaginan la 'minuta' que pasará el letrado a su vecina de asiento. Esta situación, real como la vida misma, resultaría inconcebible en cualquier país anglosajón.
De Madrid a Ciudad Real, Córdoba, Guadalajara, entre 30 y 60 minutos de viaje y cháchara
Analicemos uno de los casos del macroproceso contra "Azuer Digital" y su editor en el que aparece involucrada la iglesia provincial personificada en el obispo de Ciudad Real, recientemente fallecido por 'Covid'. Al ser este prelado el responsable de la crisis de la revista parroquial "SIEMBRA", de la que MLFA era director, (elegido por unanimidad de los trece redactores y ratificado por los dos Consejos Pastorales, algo que jamás había ocurrido en los 50 años de existencia de la revista), se consideró que monseñor Algora debía ser considerado 'testigo de cargo', una vez planteado el caso ante los tribunales. Lo identifico porque ha fallecido, es lo que tienen los juicios que duran nueve años (y lo que queda, en este caso).
Llegado el día del juicio oral; el obispo no apareció y cundió el nerviosismo en los pasillos del juzgado, en el último momento, minutos antes de dar comienzo el juicio, apareció un 'curita' delgado y de poca estatura (como salido de "El nombre de la Rosa") con una carta en la mano que entregó a su señoría en la propia sala de vistas. El juez comunicó a las partes que el obispo, testigo de cargo de la defensa, no podía acudir a la vista oral por encontrarse en Canarias. Nuestro abogado no pareció darle importancia al asunto; informado MLFA acerca de la situación creada: iba a comenzar un juicio sin el principal testigo, montó en cólera y exigió del letrado que instara la suspensión del juicio.
La vista oral se pospuso en la misma sala para seis meses después
Llegado el día del juicio; nueva sorpresa: el obispo, vestido de sotana ajada y con brillos de muchos años y una cruz enorme en el pecho, venía acompañado de un abogado de la Curia, el tipo aquel, trajeado de clergyman de Armani, de 40 años de edad, rubio como el oro y ojos azules, parecía sacado del 'Código da Vinci', y todos nos preguntamos qué hacía un testigo acompañado de abogado. Todos menos nuestro abogado, este se puso a departir amablemente con el abogado aquel, tan inquietante, (estaba claro que no era de Ciudad Real).
¿Lo enviaba la Conferencia Episcopal Española de Añastro, a treinta y cinco minutos de AVE?
Llegado el momento de la testifical; en primer lugar un párroco, denunciado por MLFA en el Vaticano (adonde se desplazó, asesorado por un abogado de la Rota, amigo de la familia), y que había sido prejubilado por recomendación del Nuncio Apostólico de Su Santidad; sordo como una tapia, su interrogatorio se complica, cae al suelo su gabán, manifiesta que no entiende las preguntas, mientras la agente judicial recoge la prenda del suelo; al momento cae la bufanda, la agente ya no se levanta y la bufanda parece una serpiente a los pies del párroco emérito.
Llegado el turno del obispo; el abogado defensor le hace una pregunta 'retórica' que deja estupefacto al personal asistente: Usted considera conmigo que lo que se produjo en la reunión fue una 'algarabía' ¿No monseñor?
"Algarabía" según la RAE: "Griterío confuso de varias personas que hablan a un tiempo"
El silencio resulta ominoso: ¡El obispo no había asistido a esa reunión ni a ninguna otra! ¡El obispo no conocía al acusado, director de su jodida revista parroquial! El abogado había perdido los papeles; no sabía de qué iba el juicio. Responderá por ello; no precisamente en un artículo como este, en el que la realidad se mezcla con la ficción y el sarcasmo y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
La prueba principal era que, según el acta de la reunión, el director-acusado no había abierto la boca
Y el abogado defensor va y lo incluye (al director) en una 'algarabía general' para satisfacción de la acusación y del propio juez, si analizamos la gestualidad de ambos. El interrogatorio del testigo de cargo duró exactamente minuto y medio. Por ese interrogatorio que no existió el juicio se había demorado seis meses. A la salida, MLFA, lleno de sospechas, tuvo que escuchar al abogado que le pedía más provisión de fondos. Nuestro editor no se dignó contestarle y está a la espera de que le devuelva los fondos aportados.
Olvidaba otro interrogatorio; el de un 'topo' de una de las 'iglesias' en conflicto: Opus Dei y Diocesanos. En los pasillos de las Salas de Vistas, este beato, con mando en plaza, se fundió en un estrecho abrazo con el obispo-testigo de cargo, tan prolongado que llamó la atención de todos los presentes. Preguntado sobre una cuestión importante referida a la reunión, faltó a la verdad, resultó escandaloso, hasta se escuchó un run-run en la Sala. El abogado no lo interpeló ni presentó denuncia por falso testimonio.
Los abogados proceden de una escisión del 'homo sapiens': la denominada 'homo predator'