viernes, 24 de noviembre de 2017

'Mi buque está sano y les solicito libre plática': bandera 'Q' (Quebec)

MLFA – CMM
Master Ocean Going
Miembro de APDHA

El buque carga 20.000 contenedores y 22 pasaportes y cartillas sanitarias que se presentan en puerto.

La inmigración “ilegal” perjudica a los refugiados que demandan asilo político

La bandera de “Libre Plática” es la decimoséptima del CIS (Código Internacional de Señales), su forma es cuadrada, su color amarillo, y se corresponde con la letra “Q” cuya fonía es ‘Quebec’ y su señal morse: (raya / raya / punto / raya). Enarbolarla es de obligado cumplimiento para todo buque que arribe a cualquier país que no sea el de su bandera; constituye el primero de los requisitos a cumplimentar a la llegada a puerto extranjero; su significado es: “Mi buque está sano y solicito libre plática”, que viene a certificar: “No hay a bordo ningún tripulante con enfermedad infecto-contagiosa”. La autoridad marítima, civil o militar, permitirá la entrada a puerto de ese buque y los representantes de Sanidad Exterior embarcarán de inmediato para revisar las cartillas sanitarias de todos los tripulantes, en presencia de sus titulares (uno por uno). Cartillas que incluyen revisiones médicas (completísimas) anuales.

Es obvio que las ‘pateras’ no cumplen este requisito cuando recalan en nuestra costa

El segundo requisito lo constituye la presentación (ya sin el interesado) de los pasaportes de los tripulantes y la comprobación exhaustiva (actualmente por medios telemáticos) de los mismos, función que correrá a cargo de los responsables de Inmigración. El tercero de los requisitos a cumplir es el trámite aduanero; los responsables de la Aduana vigilarán que las mercaderías de ilícito comercio, tales como tabaco, bebidas alcohólicas, drogas medicinales y armas, queden a buen recaudo en un compartimiento denominado “Sello” (por quedar sellado o precintado). Y es a partir de ese momento cuando suben a bordo los consignatarios y técnicos de la carga y descarga del buque.

A título anecdótico; durante la guerra de Yom Kipur fui retenido durante 46 días en el puerto de Alejandría (Egipto) porque mi pasaporte exhibía una visa de entrada en Haifa (Israel)) el año anterior. En el puerto de Bandar Abbas (Irán) fui reconvenido y maltratado de palabra por la policía al descubrir en mi camarote un ejemplar de la revista española ‘Interviú’ plagada de enormes tetas. Podríamos seguir hablando de normativas inmigratorias, pero para muestra un botón: José Antonio, de Santurce (Vizcaya), compañero a bordo del “Fortuna ML”, recibió dos disparos en un burdel de Detroit (USA) que le tuvieron entre la vida y la muerte durante varios meses; dos años más tarde, de vuelta en EEUU, como oficial de Puente a bordo de un petrolero liberiano, le fue negada la entrada en el país por el suceso de Detroit, había sido víctima, pero su presencia en un burdel no era aceptable para la US Immigration Office; hoy vive (junto al Puente Colgante) con una de aquellas balas alojada en la espalda y nunca más volvió a EEUU. Los funcionarios tenían razón: Josean era un putero de tomo y lomo, además de buen compañero y excelente persona.

'Ellis Island', puerta de entrada de la inmigración 'legal' hacia los EEUU (1860-1955). Monumento histórico.
Aquí 'Vito Andolini' se convirtió en 'Vito Corleone', por un error funcionarial

(Recomiendo la lectura de la novela histórica 'Ellis Island', un verdadero placer)

Tres puertos africanos: Matadi (Congo), Abidjan (Costa de Marfil) y Lobito (Angola) impidieron el desembarco de un tripulante africano (del buque 'Alberta') enfermo de lepra-tuberculosa, que fue aceptado por la Sudáfrica de los 'boers' en Ciudad el Cabo y conducido a un lazareto. Lo tuvimos a bordo durante 25 días; por supuesto, nos impidieron atracar en sus puertos bajo la amenaza de poner el buque (y toda la tripulación) en cuarentena. ¿Cuántos enfermos infecto-contagiosos están entrando en España en estos años? (vaya por delante mi deseo expreso de detección y curación de estos enfermos). 

Eso no da derecho al Gobierno español a encarcelar a inmigrantes ilegales

Así se funciona – y no tengo nada que objetar – en el mundo que conocemos quienes viajamos a lo largo y ancho del mismo; el control inmigratorio es exhaustivo para marinos, aviadores y pasajeros y viajeros en general. No es de recibo acceder a ciertas demandas de ONGs voluntariosas para reducir hasta convertirlos en inexistentes los controles sobre la inmigración ilegal; aunque hayamos ‘retorcido’ el lenguaje llamando ‘migrantes’, de ‘migración’, a quienes intentan acceder a otros países sin el ‘visado’ correspondiente. Se trataría de liarla, mezclando ‘emigración’ e ‘inmigración’ a modo de ‘totum revolutum’.


Corresponde a las organizaciones de Derechos Humanos velar por el buen trato que debemos dispensar a los inmigrantes ‘ilegales’ que acceden a nuestro país, a la espera de que sean deportados a sus lugares de origen, y atender aquellas demandas de asilo político de quienes buscan refugio huyendo de zonas de guerra o hambruna declarada por la ONU. Quienes conocemos el tema nos solidarizamos con ellos, aún sabiendo que el 70% de inmigrantes lo constituyen jóvenes resueltos que buscan mejorar sus condiciones de vida, algo lícito por descontado, pero si se hace conforme a cupos de entrada y visados pertinentes. Jóvenes que deberán intentar ‘sacar adelante’ sus países como prioridad fundamental en sus vidas, exigiendo a sus gobiernos mayores libertades y planes de industrialización con mejora de ganadería y agro por cuenta de Occidente, que sigue saqueando sus países de forma inmisericorde. Se trataría de ‘invertir’ su capacidad de lucha y superación en esta lucha (cruenta contra dictadores, si hiciera falta) por la consecución de una democracia real y consiguiente progreso de sus países.

Las potencias (ex) colonizadoras deberán actuar sobre el terreno africano y abandonar el saqueo