martes, 7 de noviembre de 2017

España saldrá muy ‘tocada’ de la gran embestida fallida a Catalunya

MLFA

Es indudable que la gran derrotada ha resultado ser España; en tiempos modernos, como los actuales, uno vale lo que representa o cotiza su imagen pública y ello es extrapolable a grandes corporaciones y, por supuesto, a las naciones. Un ejemplo que viene a cuento (y a cuenta): Venezuela se juzga y valora en el concierto de las naciones por la imagen que exhibe el presidente Maduro y sus astracanadas; Corea del Norte, EEUU y la mismísima Alemania por las decisiones ‘públicas’ y ‘publicadas’ (en olor de santidad) que adoptan sus líderes. En ningún caso se les juzga por valores intrínsecos a las peculiaridades de sus pueblos, tampoco se valoran nada las personalidades de sus ciudadanos, de los coetáneos, ya que, al no estar de moda la historia, nadie presenta a sus propios ancestros como un valor en sí mismo. Quedan pocos países 'cuidadosos' en todo cuanto afecta al sentido de pertenencia de sus conciudadanos; Reino Unido y Francia en Europa y Japón en la otra orilla del mundo civilizado.

Observarán los lectores que no se menciona a los Nórdicos, ni tan siquiera a Suiza, mucho menos a los países del Este, cuya ‘imagen’ es inexistente; cuando no producto de gélidos sueños de racismo y corrupción y pesadillas de violencia, por ese orden. Los latinos adoran a suecos, daneses y noruegos por la peana, pero sólo hasta que los conocen; a partir de ahí finaliza el embrujo. Los nórdicos son tan racistas como los chinos, háganme caso, y su criterio sobre españoles y portugueses es el de 'desprecio' absoluto.

España; la negra, la de la Inquisición, la colonial embrutecida, la que gestó los siguientes regímenes de terror en Guinea, Cuba y Filipinas, la España goyesca y la guerra civilista (que mantiene con Cambodia el récord de ‘desaparecidos’); comenzaba – pasito a pasito – a introducirse en salones y ‘triclinium’ postineros y democráticos, muy a pesar de quienes lo consideraban una entelequia, una quimera que diría alguno de ellos. Pues bien; los malditos ‘antipatriotas’ tenían razón y España está siendo equiparada a Turquía y a Jordania por la ciudadanía europea, que es la que cuenta a la hora de ‘valorarnos’ como merecemos o ‘despreciarnos’ como nos hemos venido ganando desde 2015. La opinión de la Comisión Europea no preocupa (lo más mínimo) a los ciudadanos del común.

En los próximos meses Europa ‘suspenderá’ a España en su conjunto

PS – La información que nos llega de Francia (no desde el Elíseo y su matrimonio diferente) es terminante; dan por amortizado a Rajoy y apuestan por Cartón Piedra y su actitud diletante (el hombre que actúa como ‘aficionado’ y no como ‘profesional’, por no tener capacidad para ello).