MLFA
Es indudable que la gran derrotada ha resultado ser España; en tiempos modernos, como los actuales, uno vale lo que representa o cotiza su imagen pública y ello es extrapolable a grandes corporaciones y, por supuesto, a las naciones. Un ejemplo que viene a cuento (y a cuenta): Venezuela se juzga y valora en el concierto de las naciones por la imagen que exhibe el presidente Maduro y sus astracanadas; Corea del Norte, EEUU y la mismísima Alemania por las decisiones ‘públicas’ y ‘publicadas’ (en olor de santidad) que adoptan sus líderes. En ningún caso se les juzga por valores intrínsecos a las peculiaridades de sus pueblos, tampoco se valoran nada las personalidades de sus ciudadanos, de los coetáneos, ya que, al no estar de moda la historia, nadie presenta a sus propios ancestros como un valor en sí mismo. Quedan pocos países 'cuidadosos' en todo cuanto afecta al sentido de pertenencia de sus conciudadanos; Reino Unido y Francia en Europa y Japón en la otra orilla del mundo civilizado.