domingo, 11 de diciembre de 2022

Detroit 1977: Cinco tripulantes tiroteados por afroamericanos (1/2)

 MLFA - Kapitan und Krieger

El buque "ML Fortuna" era una versión muy antigua del "WEGA" de la foto (Naviera Boluda). Mismo porte y TRB. No disponemos de fotos del Fortuna.

"Fortuna" era el nombre del yate del rey emérito; y "Fortuna Extra Light" era el nombre de un velero español que compitió en regatas internacionales; posteriormente fue dedicado a barco de prácticas para patrones y un servidor fue su instructor; y "ML Fortuna" fue el portacontenedores que hundimos en los Grandes Bancos (recuerden el "Andrea Gail" de la Tormenta Perfecta) de salida del San Lorenzo, tras nueve meses en los Grandes Lagos de Canadá-USA, perdimos un hombre, uno de los cocineros  italianos, de 32 años de edad.

La aventura marítima comenzó en Bilbao el 5 de abril de 1977 y finalizó  trágicamente el 13 de diciembre

Las agencias más emblemáticas que nos proporcionaban embarque en buques extranjeros, mayormente abanderados en Liberia (lo que se conocía como los 'pabellones de conveniencia'), también en Panamá y otros paraísos fiscales, eran 'Bereincua', especialista en buques de carga general, y 'Consulmar', especialista en buques petroleros, ambas con sede en Bilbao. Para embarques en zonas de guerra disponíamos de un agente radicado en Vigo; este era el que mejor funcionaba, dicho sea de paso, claro que él y su equipo eran italianos que no españoles (sobre todo los vascos, que 'vampirizaban' nuestros contratos y la manutención a bordo que, normalmente, resultaba ser deplorable).

En definitiva; a pesar del 'vampiro-agente' de turno, cobrábamos entre 4 y 7 veces el sueldo de España

Un buen día recibí una llamada de "Manchester Liners", naviera inglesa radicada en Manchester y competidora de los cárteles de armadores radicados en Liverpool; quedé extrañado, sus buques portaban bandera inglesa (dicha bandera tuvo mucho que ver en el trato que recibimos en Detroit); me dijeron que no disponían de oficiales de puente y tenían el visto bueno de los sindicatos británicos para contratar fuera de su país; tiraron de lista de 'mercenarios' y mi nombre apareció; también el de un compañero de Santurce (que resultaría gravemente herido por tres impactos de bala del calibre 40 en Detroit, meses después). José Antonio y yo embarcamos dos días después, precisamente en el Superpuerto de Bilbao, donde el "ML Fortuna" se encontraba cargando contenedores para Canadá.

El hecho curioso de que portara mis iniciales en su nombre no resultó ser un buen augurio, al contrario

Yo había navegado en los Grandes Lagos en 1970, como oficial en prácticas a bordo del buque "Monte Zapola"

Los Grandes Lagos de Canadá y USA se abrían al tráfico marítimo entre el 15 de Abril y el 15 de Diciembre (he vuelto a los meses con mayúscula, se lo merecen), el resto del año se helaban, a pesar de su vasta extensión. El 14 de Abril llegamos a Montreal, tras un viaje duro, por derrota ortodrómica, lo cual nos exponía a colisión con 'icebergs', de hecho avistamos varios, era época de deshielo en el casquete polar norte. El capitán inglés, un merluzo de tomo y lomo, pegado a la botella de ginebra Tanqueray desde primera hora de la tarde, a sus 70 años, se autocalificaba como un experto en el Atlántico Norte (tanto que nueve meses después hundió el barco en los Grandes Bancos). Recuerdo su odio hacia los 'gringos', para nada justificado. Se llamaba Hansen Bunker y era un mal tipo, un perfecto hijo de la Gran Bretaña, aunque con raíces germanas, un cocktail de razas realmente nefasto, un bárbaro al cuadrado.

En Montreal 'sellaron' todas las salidas de higiénicos, sentinas y cocina, instalando equipos apropiados

Habíamos llegado para quedarnos; nuestra misión era hacer de "feeder", es decir: 'repartidores' entre los puertos lacustres USA y canadienses de los cajones de veinte y cuarenta pies que llegaban a Montreal desde Europa y el Extremo Oriente. Y una vez instalado el equipamiento que impediría el vertido de aguas sucias a las aguas de los lagos, comenzamos la campaña de nueve meses en aquella especie de paraíso terrenal que constituían los grandes lagos, en especial en su parte canadiense: 'Thousand Islands' y 'Niágara Falls', así como la inmensidad acuática de los lagos (300.000 kilómetros cuadrados de superficie): Superior, Michigan, Huron, Erie y Ontario.

Los lagos desaguaban al Océano Atlántico a través del San Lorenzo, (The Saint Lawrence Seaway)

Cataratas del Niágara; un prodigio de la naturaleza, en el centro el barquito que acerca a los turistas, bien ataviados, a la rompiente de la catarata.

En los años "70", mientras ríos y cuencas españolas eran vertederos sucios y malolientes (véase la ría de Bilbao con su Nervión pútrido), en Canadá te colgaban de un árbol si echabas una 'meada' al lago, o los restos de comida; estos eran almacenados en tanques dispuestos al efecto, que se descargaban al llegar a puerto.

Los principales puertos, canadienses y USA eran: Montreal, Búffalo, Toronto, Detroit, Cleveland, Burns y Chicago. Y las esclusas más importantes se encontraban entre los lagos Erie y Ontario.

Recalábamos en todos los puertos: ida y vuelta; descargando y cargando entre Chicago y Montreal

Esclusas entre los lagos Erie y Ontario.

En Cataratas de Niágara desembarcaban un par de días dos tripulantes (éramos 38) al cargo de un oficial de puente o de máquinas, a fin de que disfrutaran de aquellos parajes. A bordo viajaban un práctico de lago y un timonel especializado en el paso de esclusas; se iban turnando; ora gringos, más divertidos, ora canadienses, serios y reconcentrados. A todos ellos les encantaban los bocadillos de chorizo y salchichón con mantequilla francesa. Por lo general eran muy educados, si bien no nos tenían mucha consideración a los españoles; nos consideraban igual que a los latinoamericanos; un par de escalones por encima de los negros.

Los 'anglos' de Toronto solían ser más racistas que los 'francófonos de Quebec; pero Canadá era un gran país

Fue en Detroit donde se produjo la tragedia; mi amigo José Antonio, el tercer oficial; el contramaestre, y tres marineros, fueron tiroteados en un callejón por tres negros travestidos con pistolas automáticas del 40. Habían salido de marcha, (vulgo de putas); el grupo constituía la avanzada de 'puteros' del barco; todos ellos españoles, vascos y gallegos.

Fueron atraídos al callejón por el travesti-putón más atractivo; una vez cercados les dispararon casi a bocajarro, el guía y otros dos travestis que les salieron al paso una vez dentro del recinto aquel vallado.

Eran las tres de la mañana cuando el capitán (de camisón) y dos policías fornidos asaltaron mi camarote

Hablaban atropelladamente de varios tripulantes muertos o malheridos; me vestí de uniforme (para estar a su altura) y me prohibieron portar arma (en Detroit y Cleveland teníamos armas de fuego en los camarotes, fuera del armero, muchos barcos eran asaltados en puerto). Eran los 'años de hierro' del movimiento afroamericano: los respetables líderes Martin Luther King y Malcolm X, y las bandas asesinas de negros desarrapados que hacían huelga un día sí y otro también (con los consiguientes disturbios de sangre y fuego en Detroit y Cleveland) en las grandes fábricas de automóviles. Coincidía con los años de hierro de la banda terrorista ETA en Euskadi. La banda terrorista vasca y los negros, y los disturbios raciales en USA, comenzaron a matar en 1967. Yo estaba cursando  primer curso de Derecho en la universidad jesuítica de Deusto.

La ciudad de Detroit cayó en quiebra; como si de una vulgar empresa se tratara: se ha recuperado en 2018

Los cinco tripulantes habían recibido impactos de bala; todos ellos estaban vivos, tres fuera de peligro y el piloto José Antonio y un marinero gallego heridos de gravedad.

El doctor MLM en 1978, pintado por Sarriegui y expuesto en los '90' en el museo Guggenheim de Bilbao en 2001.

Desde el hospital llamé a mi padre; era médico y tenía experiencia en heridas de bala, ya que había atendido a dos 'maquis' santanderinos en 1957. El capitán hacía lo propio desde la oficina del consignatario con la naviera; nunca supe qué explicaciones dio, un policía me dijo que 'había pescado una merluza que parecía un tiburón' (La Tabernera del Puerto, del maestro Sorozábal).

La naviera me comisionó para quedarme al cargo de los heridos; del alcalde: un poli-chófer-guardaespaldas

El tiroteo tuvo lugar el 12 de octubre y ya no volví a embarcar; durante dos meses tuve oportunidad de hablar largo y tendido con policías, médicos y sanitarios, acerca de la elección de las víctimas; en este caso se trataba de cinco tripulantes de un barco mercante que 'aparentaban' ser eso: marineros de ultramar, personas prescindibles a los ojos de los ciudadanos y políticos de Detroit, una ciudad infierno devastada por aquella 'negrada' incontenible y salvaje a todas luces.

Se vendieron casas al precio simbólico de 1 $; Detroit se reconstruyó en 2018 al precio de 28.000 millones de dólares. Hoy trata de resurgir, votaron a Trump.

Detroit era el "Titanic" del capitalismo estadounidense; los afroamericanos la hundieron

Me decían que 'elegían' este tipo de víctimas porque contribuían a generar inseguridad en la ciudad pero sin que detrás hubiera una familia o un entorno social que exigiera respuestas contundentes de parte de las autoridades municipales; asesinaban a turistas de otros países, marineros, y trabajadores ilegales que provenían de la inmigración.

El contramaestre y dos marineros fueron repatriados a España a los 15 días del tiroteo (más bien se trató de un ametrallamiento; me recordó el asalto al despacho de Atocha, a la masacre de los abogados laboralistas de CCOO), y quedé al cargo del piloto y del otro marinero.

Mi padre declaró en una visita que habían salvado la vida por la especialización de aquellos hospitales

Cuando nos visitó, acompañado de los padres de José Antonio, hizo hincapié en que solo la especialización en heridas por arma de fuego de los hospitales del norte de EEUU, había salvado la vida de nuestros tripulantes. José Antonio vive con una de las balas (de las tres que recibió) alojada junto a la columna vertebral. Hace ahora cinco años hablé con él, seguía haciendo vida normal como jubilado de 72 años de edad, en 2017.

El 1 de diciembre fueron repatriados a España en un avión medicalizado, yo lo hice al día siguiente, vía Boston
(El "ML Fortuna" se hundió el día 13 de diciembre en los Grandes Bancos, repleto de motores de la GMC)