Espléndida fotografía de Oriol Junqueras, cortesía de Sandra Lázaro |
Oriol Junqueras será diputado europeo o no en los términos en que lo decida el TJUE y dispondrá o no de inmunidad parlamentaria desde el momento en que dicho tribunal lo acuerde. Sigo pensando que este juicio no debería haberse producido nunca y que jamás deberíamos habernos puesto en la situación de tener que plantear una cuestión prejudicial como la que se ha planteado. La decisión del Tribunal Supremo de elevar una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, a fin de que interprete de manera definitivamente vinculante a partir de qué momento es portador de inmunidad parlamentaria Oriol Junqueras, es, sin duda, una decisión prudente y acertada. Desde un punto de vista procesal la incógnita ha quedado despejada. El Tribunal Supremo reconoce la competencia de la justicia europea para entender de este asunto. Frente a la tesis de la Fiscalía que consideraba que no había nada que preguntar, porque resultaba indiscutible la competencia exclusiva y excluyente de la justicia española y era, por tanto, superfluo preguntar nada al TJUE, la Sala, con buen criterio, ha entendido que no es así y ha decidido plantear la cuestión prejudicial.
La huida hacia adelante que proponía la Fiscalía era de una temeridad notable. En el supuesto de que el asunto hubiera acabado ante el TJUE contra la voluntad del Tribunal Supremo y el TJUE hubiera considerado que se había vulnerado el derecho de sufragio pasivo de Oriol Junqueras, además de la presunción de inocencia y el derecho de acceso a la justicia, es la propia imparcialidad de los magistrados de la Sala la que se habría visto comprometida con el consiguiente riesgo de que acabaran siendo declaradas nulas todas las actuaciones. La propuesta de la Fiscalía suponía jugarse a cara o cruz el desenlace del caso.
Con buen criterio, los magistrados de la Sala no han hecho suyo el criterio del Ministerio Fiscal y han decidido que despejar la incógnita de si Oriol Junqueras puede adquirir la condición de diputado europeo y de a partir de qué momento es portador de la inmunidad que tal condición conlleva, no es una competencia exclusiva y excluyente de la justicia española, sino que también puede ser competencia de la justicia europea.
Es posible, aunque no lo considero probable, que el TJUE considere que es la justicia española la que tiene que resolver y que él no debe intervenir. Es posible que la opinión del TJUE acabe coincidiendo con la de la Fiscalía y que la cuestión prejudicial sea resuelta devolviendo el asunto al Tribunal Supremo para que tome la decisión que estime pertinente. No lo considero probable, pero no es completamente descartable que se pronuncie en estos términos.
Desde un punto de vista sustantivo no se ha tomado todavía ninguna decisión. En negativo, sí. Se ha descartado la interpretación de la Fiscalía. Pero en positivo, no. Únicamente se ha despejado la incógnita desde un punto de vista procesal.
Obviamente, al despejarse la incógnita procesalmente, se han sentado las bases para que la incógnita quede despejada de manera sustantiva. Oriol Junqueras será diputado europeo o no lo será en los términos en que lo decida el TJUE y dispondrá o no dispondrá de inmunidad parlamentaria desde el momento en que dicho tribunal lo acuerde. Esto es seguro. Lo que no sabemos es lo que el TJUE va a decidir. El partido todavía no ha terminado.
Sea como sea, la de hoy es una buena noticia. Para la justicia española y para la justicia europea. Sigo pensando que este juicio no debería haberse producido nunca y que jamás deberíamos habernos puesto en la situación de tener que plantear una cuestión prejudicial como la que se ha planteado. Pero una vez que hemos llegado hasta aquí, es importante que no quede la menor duda acerca del órgano judicial que dice la última palabra. Sea el TJUE o sea el Tribunal Supremo. Porque el TJUE va a decir con seguridad la última palabra desde un punto de vista procesal. Pero esa última palabra puede consistir en que es el Tribunal Supremo el que tiene que decidir desde un punto de vista sustantivo.
No lo creo probable, pero no es imposible