domingo, 27 de enero de 2019

Llamar vago a un vago cuesta 8.000 € y vividor otros 8.000 del ala

Klippe 

A la espera de que la Audiencia Provincial o el TC arreglen el desaguisado 

Cierto es que hay que ponerse (ya) a ahorrar unos dineritos para ir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al ser la Libertad de Expresión un derecho fundamental; no reconocido – a los hechos me remito – en España y en Turquía, tampoco en la Venezuela de Maduro, éste ha respondido a Pedro Sánchez ‘que se aplique el cuento’: ni libertad de expresión, ni elecciones democráticas ¡ya! y recuerda a España aquello de ¡consejos vendo y para mí no tengo! esta comparanza antes de que comience un juicio tan injusto como los de “Azuer Digital”, solo que a lo bestia. Durante el juicio del ‘procés’ al TS le van a caer chuzos de punta desde todo el mundo civilizado y democrático. Montesquieu no está muerto en Europa, aunque muchos, en CR y España, así lo crean. 

Los ‘renunciantes’ no entendieron que el tema iba de cuestionar la acusación 

En España; en horas de máxima audiencia televisiva (prime time) pueden escucharse expresiones injuriantes tales como: asesino, golpista, fascista, corrupto, ladrón, acosador sexual, y muchas más; pero no merecen sanción en sede judicial. Ahora bien; llamar ‘vago’ a un ‘vago’ y ‘vividor’ a un ‘vividor’ suponen un desembolso de 4.230 € (y si no pagas, te aplicamos la responsabilidad personal subsidiaria y vas a la cárcel) al que hay que añadir otros 12.000 € (dos millones de pesetas) por ‘daños morales’ al vago y vividor. ¡Qué decir de los comentarios ‘anónimos’ de los diarios digitales de mayor prestigio! ¿Cómo pueden condenar por ‘injurias’ a “Azuer Digital? ¿Adónde llega la Justicia en provincias? ¿No serían injurias presunto vago y presunto vividor? España se parece más a Venezuela que a Francia.

Siendo así que la quiebra de su empresa dejó en la calle a 40 empleados cuya edad media era de 48 años y su antigüedad superaba los 20 años en la mayoría de casos, amen de otros daños colaterales (personal extra eventual). Y esto no es opinión ‘injuriante’, sino información pública y notoria que produjo una alarma social desconocida en la provincia. Salvo que la Justicia opine lo contrario, claro. 

Pero eso no es todo: si utilizas la expresión: “Donde tengas la olla…” pues va su señoría y dice: ¡pillín! ¡que eres un pillín! y te he ‘pillado’, porque querías decir “Donde tengas la olla, no metas la polla”, que me lo sé. Y así, de párrafo en párrafo, te vamos condenando por injurias graves continuadas. Si levantara la cabeza el director de ‘La Codorniz’, se volvía al ataúd, pero cabeza abajo. A més a més (que decimos los catalanes), en la oficina judicial de la capital parece que conocen muy bien al querellante y les consta que no es un vago, mucho menos un vividor; en su pueblo ya es diferente, ahí tiene menos amigos. En los pueblos nos conocemos todos y todas. 

Recuerdan aquella canción: ¿Depende? ¿De qué depende? pues en esas estamos en 2019