Del capítulo sobre el 'Gañán de Corral de Calatrava', que heredó cargo y concubina |
Habían nacido el segundo hijo de Teofila, Juan, y el cuarto de Rita, Emilio, ambos varones, nuevo motivo de alegría y satisfacción para el resto de la unidad familiar, ante la indiferencia del personal empleado. El trabajo, desbordante, es compartido por hijos y extraños, los primeros no perciben salario, es la razón por la cual les resultará extraño, en generaciones venideras, que los camareros y las mujeres de limpieza del complejo reivindiquen salarios que no sean de mera supervivencia y con los descansos regulados, el clásico ‘comen lo mismo que nosotros’, que es la gran falacia del paternalismo, comienza a resquebrajar la coordinación entre propios y ajenos. El patriarca empieza a ser muy consciente de esta crisis de crecimiento, ya en ciernes, y del desmadre organizativo y funcional que origina la excesiva confianza entre desiguales, así como la prolongada convivencia entre ambos grupos.