miércoles, 3 de junio de 2020

Covid19 nos devuelve la asignatura de 'Urbanidad' que desapareció

MLFA 

Llegaron los ‘progres’ (tan esperados) en tropel y, mientras ‘aceptaban’ la Transición falaz aplaudiendo con las orejas una Constitución que ‘blindaba’ el franquismo (con blindaje de tanque Leopard); desmontaban un sistema de valores educativos que (ellos, los millonarios de hoy) consideraban ‘burgueses’ y, por ende, ‘reaccionarios’; fueron estos ‘aprendices de brujo’ los que instauraron la ‘mala educación’, por contraposición a la ‘buena educación’, cosa de ricos y de explotadores de la clase obrera. A los ‘felipistas’ (fenómeno ‘nazionalsocialista’ que se estudiará en los próximos años, incluso décadas) les interesaba mantener a las clases sociales más deprimidas en la ‘mala educación’, se encontraban en su ambiente y eso favorecía la comunicación social y política: ‘de puta madre’, ‘ostia puta’, ‘el cabrón del jefe’, ¡Niño! ‘me cago en tu puta madre’, ‘quítate coño’; el obrero eructa, se tira pedos, escupe cada diez minutos, no hacerlo es de ‘señoritos’ y ‘gente fina’. Los andaluces se ‘comen’ las consonantes y a todos los ‘felipistas’ les pareció más adecuado ‘sostenella que no enmendalla’, hasta el punto, del todo inadmisible, que la portavoz del Gobierno actual – médico y andaluza – dice ‘conceto’ en comparecencia pública, y lo repite a menudo. Imaginen a esta señora pronunciando ‘empadronamiento’. Sin ignorar que los adolescentes y las ‘adolescentas’ no apean de sus labios ‘hijoputa’ e ‘hijaputa’. Y blasfemar es lo habitual, a solas y delante de los niños. Pues bien; sigan leyendo, porque esto – y los besos indeseados, apretones de manos de cazurros, entre otras costumbres insanas – lo va a cambiar el coronavirus hijoputa. Y ‘aprendizajes’ mucho más letales que los narrados en este párrafo. Recuerden a la ministra socialista diciendo aquello de ‘miembros’ y ‘miembras’; o a la actual vicepresidenta, presuntamente ‘enrollada’ con su guardaespaldas (algo fuera de la deontología profesional de ambos), diciendo que “el dinero público no era de nadie” (el guardaespaldas, pagado con dinero público, era ‘de ella’). Hagamos un chiste malo para variar; ¿para qué quería la ministra miembra el miembro (del) guardaespaldas? ya sé que es muy malo, pero uno ya no sabe que decir de esta gente. Esto ocurrió la anterior vez que fue ministra esta miembra del PSOE, hoy el guardaespaldas no sacaría el miembro ni cobrando el sueldo del Montilla, un tío que fue presidente de la Generalitat sin tener el bachiller. En los correos tienen ya el nombre y la fotografía del presunto guardaespaldas.

‘Covid-19’ prohibirá tirar al suelo las cabezas de gamba y escupir sobre ellas 

En definitiva; los ‘felipistas’ se cargaron la asignatura de ‘Urbanidad’, que incluía modelos de convivencia adecuados; el respeto a los mayores, a los docentes, a los trabajadores fuera cual fuera su tarea, también unos mínimos de respeto en cuanto a tratamiento se refiere, por edad, cargo, salud deteriorada o problemas de movilidad, invasión de aceras y de jardines (cuyo mantenimiento requiere esfuerzo personal y dinero público); y así podríamos seguir. El contrabando de tabaco y el narcotráfico (ambos a lo bestia) son herencia 'felipista' y de la derecha gallega, con la complicidad de la Guardia Civil. El 'gamberrismo' extremo y los 'botellones' se los debemos al bobo de Zapatero.

Obviaremos cual es la realidad actual en cuanto a Urbanidad en España se refiere por sabida

Botellones salvajes en Magaluf (Mallorca), esa isla que gimotea al Gobierno para que vuelvan las bestias.

Les contaré una anécdota; los marineros de altura, los que recorren muchos países a bordo de los buques mercantes, aprenden seis o siete frases escuetas en inglés para defenderse en un club de putas o con los obreros portuarios; pues bien, al cabo de muchos años solo aprenden dos ‘tacos’: ¡Fuck you! (que te jodan), que ellos pronuncian ¡Foking! y ¡Son of a bitch! (hijo de puta), que ellos pronuncian ¡Sanababich! 

No saben más; en general se utilizan pocos ‘tacos’ en el mundo, y se blasfema muy poco, a diferencia de España, donde el ¡Me cago en Dios! está en muchas bocas. 

‘Covid-19’ suprimirá besos a granel y apretones de manos y abrazos a cualquiera

En España te presentan una mujer desconocida, que no tiene ni va a tener vínculo alguno contigo, y de inmediato le plantas (o te planta ella) dos besos, no importa que lleve carmín, maquillaje, crema hidratante, o que ambos estéis ‘sudados’. Besas a la médico, (privada), a la interina que limpia tu casa, a la abogado que acabas de conocer para que lleve tu caso; en Europa no existen esas prácticas con desconocidos, se consideran una ‘ordinariez’. Tampoco existen los 'piropos', se consideran ofensivos. 

 Médico, era rival de Susana Díaz en Andalucía; tiene 'concetos' muy claros sobre política, arroz pasado. 

Los apretones de manos ‘a lo macho’; los ‘viejos’ decrépitos besando (con baboseo) a los niños y niñas; el pasarse el cigarrillo o el porro de mano en mano; no lavarse las manos después de hacer sus necesidades y compartir vasos y platos en fiestas familiares, paellas comunitarias y barbacoas con chuletas y costillas que se recogen del suelo después de caerse de las brasas. 

Estilo de vida que refleja una autoestima muy baja entre los españoles… ¡zafios! 

PS – En Catalunya y Euskadi sigue siendo frecuente que un andaluz recrimine a su paisano por esforzarse en ‘verbalizar’, o ‘vocalizar’ como prefieran, correctamente; utiliza la expresión despectiva: ¡Hablas en fino! a sensu contrario se puede deducir que el ‘corrector’ prefiere hablar 'en basto' o en ‘vulgar’, en definitiva en ‘incorrecto’, que, según la ministra portavoz, sería ‘incorreto’.