Lledoners, 20 de diciembre 2018
Hoy hace veinte días del inicio de la huelga de hambre. Una acción política iniciada por remover conciencias y voluntades, especialmente de los magistrados del Tribunal Constitucional que a lo largo del último año habían venido bloqueando la resolución de nuestros escritos de amparo con el único objetivo de retrasarnos el acceso al Tribunal Europeo de derechos Humanos.
Como gustaba decir a Lluis Maria Xirinacs, la huelga de hambre toca a los amigos y conocidos con un poco de sensibilidad. Sabemos que la saeta de nuestra acción ha llegado al corazón de mucha gente. Somos conscientes de que la huelga de hambre ha podido provocar una profunda conmoción en miles de mujeres y hombres de buena voluntad, independentistas y no independentistas, ciudadanos de Cataluña pero también de toda España y Europa. Personas, todas ellas, comprometidas en un presente de libertad, justicia y democracia.
Desde el anuncio de nuestra acción de denuncia hemos recibido cientos de miles de muestras de apoyo. Los miles de cartas que los huelguistas hemos recibido estos veinte días son ejemplo del impacto que nuestra decisión ha tenido en las conciencias de tantas y tantas personas. Los actos de apoyo, especialmente los ayunos que solidariamente con nuestra denuncia se han ido sucediendo en casi todas las comarcas y en todo el país, son otro ejemplo.
En este terreno, nos honra y hemos tenido muy presente el comunicado público de los presidentes de la Generalitat y del Parlamento de Cataluña, con el liderazgo y el impulso del Síndic de Greuges. Compartimos el criterio de que la huelga de hambre ha dado visibilidad a nuestra situación procesal, así como la constatación de que el Tribunal Constitucional ya ha puesto calendario a la resolución de los recursos de amparo interpuestos.
En el 20º día de la huelga de hambre, somos más conscientes, como nunca antes lo habíamos estado, de la capacidad transformadora y movilizadora de que disponemos cada uno de nosotros en nuestro interior. La huelga de hambre nos ha hecho más fuertes como personas, y también creemos que como pueblo, para encarar los próximos tiempos. Unos meses que vendrán marcados por el juicio y las sentencias que el Estado español nos impondrá para castigar a todo un país a través de los que un día fuimos el Gobierno legítimo de Cataluña y los líderes de las principales entidades civiles soberanistas.
Hoy podemos decir con satisfacción que gracias a esta fortaleza colectiva hemos dado un paso importante en la restitución de nuestros derechos. Pocas horas después del inicio de la huelga de hambre, y gracias al impacto y conmoción social producida, el Constitucional comunicó, domingo 2 de diciembre por la noche, su voluntad de abordar regularmente los recursos de amparo que hasta entonces no había querido estudiar. Sin embargo es lamentable y debería interpelar a todo el mundo que haya tenido que emplear una acción tan extrema como una huelga de hambre, para que derechos fundamentales pudieran ser mínimamente garantizados. Absolutamente impropio de una democracia solvente en la Europa del siglo XXI.
Sin embargo, aceptamos este anuncio como un compromiso del Tribunal Constitucional para abandonar el bloqueo que hasta ahora nos imponía. Una decisión que viene confirmada con las primeras resoluciones de escritos de amparo y con la previsión - comunicada públicamente - que mensualmente el Pleno de este Tribunal resolverá sin interrupción todos los recursos pendientes relacionados con la Causa que el Tribunal Supremo instruye contra el independentismo.
Después de todo un año de inacción, el Tribunal Constitucional ha abierto el cajón donde nuestros escritos de amparo habían sido condenados al olvido, y se nos abre ahora la puerta de acceso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Por todo ello anunciamos que hoy, 20 días después de haberla iniciado, dejaremos la huelga de hambre.
Queremos agradecer especialmente la infinidad de muestras de apoyo y de solidaridad recibidas durante todos estos días. Han sido nuestro alimento constante y la mejor compañía, junto con el calor insobornable y perseverante de nuestras familias.
Finalmente, y consecuentes con nuestro compromiso con la no violencia, emplazamos que la actitud cívica y pacífica desborde las calles de la capital del país mañana viernes con el objetivo de hacer escuchar, una vez más, la voz colectiva a favor de la libertad, del pleno ejercicio de los derechos fundamentales y que se respete la voluntad de autodeterminación del pueblo de Cataluña.