Esther Samper
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Partículas del virus SARS-COVID-19, color amarillo, infectando células, color azul, aisladas de un paciente. |
El artículo de Esther avala el contenido del “Coronavirus y yo” de MLFA de fecha 22/04/20
La enfermedad que provoca el coronavirus puede tener efectos también en los riñones, el corazón, el hígado, el cerebro, el intestino o los vasos sanguíneos. Tos, fiebre y dificultad respiratoria, estos son tres de los síntomas más típicos para sospechar una COVID-19, la nueva enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2. Aunque estas manifestaciones clínicas resultan útiles para orientar un diagnóstico, no dejan de ser una simplificación de la compleja realidad de esta dolencia. Ya se han identificado decenas de signos y síntomas diferentes asociados a la COVID-19 y cada semana que pasa se descubren más de ellos. Cuando el coronavirus infecta a una persona, el desenlace puede ser extremadamente dispar: desde una infección asintomática hasta la muerte. Multitud de factores biológicos, muchos desconocidos aún, marcan la diferencia entre que la COVID-19 se convierta en una anécdota en la vida o le ponga un punto final.