lunes, 20 de abril de 2020

El 'protagonismo' de los alcaldes en la España pastún es ¡insufrible!

MLFA
Vara de 'Al Kadí' o vara de mando, unidad métrica en la España Musulmana durante la Alta Edad Media.

Apariciones reiteradas; no solo diarias, ya que se prodigan varias veces al día, intromisión en cualquier actividad social, económica o política, siempre con exposiciones 'ex cátedra' sin miedo alguno al ridículo más espantoble; de los afganos heredamos la expresión 'pastún', traducida al castellano por 'patán', con acierto mimético, al ser los pastunes el elemento disgregador y cerril en su comunidad de base, lo que impide el resurgir de aquel país fallido que, normalmente, nos negamos a socializar, al considerar a sus gentes animales montañeses y asilvestrados que viven en un medioevo aculturado. Ignorantes, como somos, de que estos 'pastunes' habitan entre nosotros y los más hábiles y sinuosos (vulgo 'lameculos') alcanzan la 'Vara de Al Kadí', y tardan poco en exhibir la bestia autoritaria que llevan dentro, adormecida en la cueva de donde proceden. La desmesura del alcalde de Vigo, un 'pastún' de pro, excluido del 'clan felipista' en un momento dado, y lo que este hombre tuvo que 'lamer', resulta paradigmática, porque entre nuestros 'pastunes' también hay guerras.

Esos son los 'pastunes' establecidos por clanes tribales gobernados por 'señores de la guerra'

En la España profunda; esa que impide - cual rémora agigantada - el progreso y desarrollo efectivo del resto del país, contabiliza tres mil alcaldes 'pastunes', salidos de las filas de su tribu partidista, normalmente de la PSOE; gentes de la cáscara amarga, desclasados cuyo paradigma preclaro lo constituían González y Guerra al inicio de la denominada 'Transición Política del 78'. Es un hecho que a González no le sentaban bien los trajes y las corbatas, con el apéndice nasal 'pinochesco' compitiendo con un 'habano' mal sostenido entre sus abultados labios, al estilo 'vulva'. (Nada que ver con su ídolo 'Taras Bulba').


Al tratarse de personas con déficit de formación, especialmente en el PSOE, también en el PP, por supuesto, estos últimos más 'ladrones', es obvio; el protagonismo excesivo, las intervenciones bien que forzadas e impostadas, provocan rechazo, adobado con hilaridad, a veces, y desprecio absoluto a las intervenciones - autoritarias las más de las veces - en sede plenaria; ahí donde el primer pastun, prietos los esfínteres al inicio de las sesiones, incómodos (embutidos) en unos trajes que nunca vistieron y aprehensión provocada por el nudo de la corbata, recia como corresponde al 'pueblano', muestra su falta de liderazgo popular sentido; es en los salones de Pleno, normalmente vacíos de público, donde el tipejo de la 'cáscara amarga' da rienda suelta a su carencia vital y a la total ausencia de formación, respondiendo a preguntas, presentadas días antes, con 'argumentarios' vacuos y fumigación gramatical. 

Es habitual que los pocos 'paniaguados' agradecidos que asisten al Pleno se duerman en el mismo.

A veces; aparecen en el salón pequeños grupos de 'paniaguados' que 'sufren' durante varias horas la verborrea del primer edil que compite con su propio portavoz en cuanto a las intervenciones orales. Por eso los 'portas' no heredan la vara de Al Kadí.

Un país que sitúa al timón de gobierno y municipio a los más incapaces no puede progresar
(El 'COVID-19' pondrá a los pastunes con vara ante la evidencia de su futilidad)